A continuación, diez razones para recordar, 15 años después de iniciado el rodaje, la coproducción hispano-cubana Habana Blues:
1. Pensada desde Cuba, y rodada mayormente en La Habana, con actores y músicos cubanos, en torno a los problemas de la Isla y de su juventud, Habana Blues es tan cubana como Fresa y chocolate, a pesar de que su director y guionista es español, graduado en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, donde escribió la película.
2. Es el retrato de un momento en la vida cubana, con sus apagones, pobreza, escaseces y deseo de emigrar, aunque también aparece el punto de vista de la dignidad y la riqueza cultural, del talento que se resiste a ser comprado.
3. El guion de Zambrano tiene la cualidad de concentrarse en la discusión de temas tan difíciles de dirimir en Cuba como arte contra comercialismo, los que se van y los que se quedan, nacionalismo contra globalización, socialismo contra capitalismo. También aportaba los argumentos de cada personaje para defender una u otra posición.
4. Es uno de los más brillantes ejemplos de cine musical cubano, en tanto los protagonistas son músicos, que se están preparando para un concierto importante, y constantemente se escucha música de los más diversos géneros, en una especie de revista musical muy bien pensada.
5. Al igual que en otras tantas películas musicales, los protagonistas deben elegir entre la fama y lo que quieren hacer, y una buena parte de las muchas canciones que se escuchan poseen textos importantísimos para comprender mejor el argumento y el mood de la historia.
6. Entre las virtudes está la banda sonora de antología, que incluye una diversidad de músicos cubanos (más allá de la timba o de la Nueva Trova) entre los cuales se encuentran, principalmente, Equis Alfonso y Descemer Bueno, junto con Free Hole Negro, Juan Antonio Leyva, Anais Abreu, Cuba Libre, Tribal, Escape, y Kelvis Ochoa, entre otros.
7. Como de pasada, también se ilustra la Cuba turística, de tabacos y ron, playas y cocoteros, carros de los años cincuenta, sexo fácil con mulatos, y música tradicional, hecha para satisfacer los oídos extranjeros.
8. Se revelaron tres nuevos talentos de la actuación: Alberto Joel García (Ruy), que luego ha trabajado dentro y fuera de Cuba; Roberto Sanmartín (Tito), que hizo mucha televisión de calidad en Cuba, y luego partió a España primero y Miami después; y Yailene Sierra, un monstruo teatral que recientemente regresó a Cuba, y está haciendo cine y televisión.
9. El director exploraba su facilidad para construir momentos emotivos en escenas como la despedida de Cuba de la familia de Ruy, o la escena del concierto final, que sella la amistad y la separación de los dos amigos. Zambrano confirmó este regusto por el melodrama en su anterior Solas, y en la posterior La voz dormida.
10. Habana Blues demostraba que se podía ser honesto y crítico, sin derivar a extremismos propagandísticos a favor ni en contra del sistema cubano, una película distante del folclorismo y de la nostalgia por el pasado, porque se habla, todo el tiempo, de una juventud que se niega a quedarse atrás, una juventud que necesita ser escuchada, atendida y tomada en cuenta.
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