Ya a nadie extrañan las críticas condiciones que exhiben los hospitales y centros asistenciales de la isla, cada vez son más recurrentes los cuestionamientos al sistema de Salud Pública en Cuba, y poco o nada hace el gobierno para mejorar la imagen de esas instituciones.
Los gobernantes pocas veces se dan por enterados de las denuncias que, cada vez con mayor frecuencia, se vuelcan en las redes sociales. Prefieren ignorar esa realidad o sencillamente aducir que se trata de “manipulaciones mediáticas para desvirtuar los logros de la revolución”. Sin embargo, las imágenes hablan por sí solas, y respaldan las lamentables experiencias de no pocos pacientes.
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Tal es el caso de una villaclareña que hace solo unos días padeció en carne propia “los maltratos y sinsabores de quienes tienen el infortunio de enfermarse en la isla”, según sus propias palabras.
Sucedió en el Hospital Universitario Clínico Quirúrgico Arnaldo Milián Castro, principal institución hospitalaria de la provincia de Villa Clara. Un centro con más de 580 camas y que además ofrece una veintena de servicios territoriales para las demás provincias centrales del país, pero que ha generado varios titulares negativos en los últimos tiempos.
“Ya llevaba 7 meses esperando para que me operaran, y cuando no faltaba una cosa faltaba otra, así que tuve un gesto con las personas correctas para que me agilizaran operación. Tuve que hacerlo, porque me habían advertido de que si no lo hacía ahora tendría que aguantar mucho más tiempo, pues durante el verano el hospital se queda sin especialistas”, narró la paciente, que hizo llegar a CiberCuba algunas de las imágenes tomadas por sus acompañantes.
Según dijo, fueron esos propios familiares quienes debieron conducirla en una camilla hasta el salón, puesto que no existen camilleros: “Una de las enfermeras me explicó que nadie quiere trabajar como camillero pues pagan muy mal, y los pocos que hay contratados lo mismo vienen que no vienen a trabajar, o están perdidos por otras áreas del hospital. Es un panorama realmente vergonzoso que no tengas ni quien te mueva de un lugar a otro”.
“No entraba a un salón de operaciones desde que tuve a mi hija, y sinceramente es bochornoso el estado en que se encuentran esos locales y la pésima atención que estamos recibiendo los cubanos. Sábanas ripiadas y manchadas de sangre, baños sucios y cubículos llenos de telarañas. Así nos operan en Cuba”, sentenció.
La fuente explicó que no había nada de privacidad una vez que se salía del salón, y que tanto hombres como mujeres estaban semidesnudos, con las batas quirúrgicas raídas y manchadas, hacinados en un pasillo.
“Yo todavía estaba bajo el efecto de la anestesia, pero escuché cuando la doctora le indicó a la enfermera que me inyectaran una Dipirona, y eso nunca sucedió. En el postoperatorio sentí mucho dolor, y al lado mío otros pacientes gemían también, pero las seños le gritaban de manera agresiva como si fueran animales y no personas”, narró la mujer.
Según su punto de vista, la salud en Cuba atraviesa su peor momento, y lamentó haber tenido que parar en un salón de operaciones. “Lo que viví allí no se lo deseo a nadie, y honestamente lo digo donde tenga que decirlo: si ese es el precio que tenemos que pagar los cubanos por un servicio de salud supuestamente gratuito, sencillamente no lo quiero. No creo que tengamos que resignarnos a que nos traten como animales".
En otras ocasiones CiberCuba se ha hecho eco de las cuestionables condiciones higiénicas y constructivas que hoy exhibe el hospital Arnaldo Milián Castro, así como otras instituciones hospitalarias de la provincia de Villa Clara. Tal y como muestran las fotos, el abandono y la suciedad hacen dudar a muchos de que se traten de instituciones sanitarias.
Hace un par de años y de manera imprevista, fue preciso trasladar pacientes graves desde el Arnaldo Milián hasta otras unidades asistenciales de la ciudad de Santa Clara debido a serias averías eléctricas, que provocaron el colapso de varios servicios. Recientemente ha sido necesario cerrar también de manera reiterada algunos salones de operaciones por dificultades con el abasto de agua.
No obstante, se trata de la principal institución médica de su tipo en la región central de Cuba, y es conocida entre los villaclareños como “el hospital nuevo”. Siendo así, es legítimo preguntarse qué situación presentan otras instituciones con más décadas de funcionamiento.
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