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Una enfermera que trabajó junto a Juan Manuel Obana Borges, el médico cubano que el 11 de septiembre murió en el aeropuerto de París tras haber sido expulsado de la misión internacionalista en Mauritania, reveló a 14ymedio las terribles condiciones de trabajo de los cooperantes y el maltrato a que son sometidos por sus jefes.
La especialista, que ya regresó a Cuba, habló de cómo el Gobierno de Cuba viola el acuerdo firmado con el país africano, así como del abuso de los jefes de la brigada con los colaboradores.
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Bajo la condición de permanecer en el anonimato, la asistente relató que tanto doctores como enfermeros trabajan en el Centre Hospitalier des Spécialités de Nouadhibou sin apenas descanso y sin cobrar horas extras. Ninguno cobra durante sus vacaciones y, si deben volver a Cuba en caso de emergencia, deben sufragar íntegramente el pago de su pasaje, que puede ascender a hasta 2.000 euros, casi el salario de dos meses.
Acerca de la jefa de la brigada, la acusó de ser “déspota, carente de ética y temida por los colaboradores por su constante uso de amenazas y chantajes. (…) Arrogante y engreída, que con voz chillona maltrata, solo por placer, a los colaboradores”.
En opinión de la profesional sanitaria, a la dirección de colaboración en Cuba le conviene “tener a una tirana así, creando el sobresalto y el terror”, a pesar de que son conocidas las quejas sobre el comportamiento de esta mujer.
Fue esta funcionaria quien despidió al doctor Obana Borges y lo embarcó en un avión para Francia. “Desde que llegó, le decía que no fuera a brillar allí, que la que tenía que brillar era ella”, aseguró un familiar cuando se conoció la noticia de la muerte del galeno.
La enfermera añadió que los colaboradores del sector de la salud solo cobran un 20% o un 30% del salario pactado en el convenio. Según le han contado sus compañeros que continúan allá, este mes les recortaron aún más los salarios y ahora cobrarán 300 dólares menos.
“Se les dijo que el que no esté de acuerdo con la reducción del salario que se vaya para Cuba a seguir ganándose sus 60 CUC por mes, y que el que no quiera continuar en la misión por esa causa tiene que pagarse el pasaje de regreso. ¡Qué burla!”, criticó al citado medio.
Por último, la denunciante se refirió a la hipocresía de Cuba, que les deniega la atención a personas sin recursos, en un país donde la sanidad es privada.
“Se demora el servicio a gestantes en trabajo de parto y a pacientes en estado crítico, esperando por el pago; hasta que no esté depositado el dinero no se puede tocar al paciente. Muchos pacientes, en deplorable estado, han tenido que irse para otros hospitales por no tener dinero”, precisó.
“¿Dónde están el humanitarismo y el altruismo del que tanto se jacta el Gobierno de Cuba? (...) Que hipocresía, quitémonos la máscara, lo que le importa al Gobierno cubano es el dinero y no las personas. Cuando digo que no importan las personas incluyo a los colaboradores cubanos”, concluyó.
Fue precisamente un conflicto de este tipo lo que llevó al médico Obana Borges a su expulsión. Como especialista en terapia intensiva y medicina interna, ordenó el ingreso de una embarazada que sufría un tromboembolismo pulmonar, y que en su criterio, requería estar en terapia intensiva y “con respiración mecánica”.
Pero el director del hospital le exigió que le diera el alta, a lo que el galeno se negó. Al día siguiente, le exigió que la trasladara a un hospital a 300 kilómetros, decisión a la que también se opuso. En vez de apoyarlo, la jefa de la misión cubana le dio la razón al director y ordenó la expulsión definitiva de su coterráneo.
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