La reunión del ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, Josep Borrell, con el canciller cubano Bruno Rodríguez fue criticada en las redes sociales, donde le afearon su cercanía con el régimen de la Isla.
El diplomático catalán compartió en Twitter un mensaje en el que habló de los temas que abordó este miércoles en su reunión con ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. En el encuentro que mantuvieron en Nueva York, en el marco de la semana de alto nivel de Naciones Unidas, ambos abordaron la crisis en Venezuela y Nicaragua.
Reunido con el Ministro de Exteriores de Cuba en Naciones Unidas. Nuestras relaciones han mejorado en los últimos años. Hemos hablado de la situación en Venezuela y Nicaragua. Además, he reiterado el rechazo de España a la activación del Título III de la Ley Helms-Burton", rezó el tuit.
El mensaje desató las críticas de los usuarios que arremetieron contra Borrell, al que calificaron de "indecente antidemócrata" y "blanqueador de dictaduras genocidas".
También le recordaron la vulneración de libertades básicas que se sufren los cubanos. "Señor Borrell con que usted saque sus narices del tema venezolano, ya no está haciendo un gran favor. Cuba es una dictadura, lo digo por si acaso se le olvida", respondió un usuario.
En otros mensajes hicieron referencia a la escasez de alimentos que hay en Cuba. "Tú que comes bien, no tienes derecho a opinar sobre el que pasa hambre! Me decepcionas!", contestaron.
Además lamentaron que el gobierno español mantenga un discurso de apoyo hacia La Habana por los intereses hoteleros que tienen muchas empresas de este país en la mayor de las Antillas.
En el encuentro con Rodríguez, Josep Borrell reiteró la oposición de España a la activación del Título III de la Ley Helms Burton. A juicio del representante español "penaliza el comercio y las inversiones de empresas de terceros estados causando igualmente un grave perjuicio al bienestar de la población cubana".
Hay que recordar que compañías hoteleras españolas como Meliá, Iberostar y Barceló han sido demandadas después de que la administración de Donald Trump aplicó en mayo el Título III de la citada ley.
Este movimiento permite a los descendientes de propietarios de Cuba, que sufrieron las nacionalizaciones hechas por el fallecido dictador Fidel Castro hace más de 60 años, solicitar ante los tribunales de Estados Unidos una indemnización a todas las empresas que se hayan lucrado con los bienes expropiados.
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