Un total de 23 triciclos eléctricos circularán por las calles de La Habana para transportar pasajeros, en medio de la crisis de combustible que azota a Cuba.
Sus itinerarios se concentrarán en dos rutas, que cubrirán áreas de gran densidad poblacional como Centro Habana y La Habana Vieja, mientras que los servicios se dirigirán desde la base de Taxis-Cuba, de la calle Ayestarán, en el municipio del Cerro.
Con una autonomía de aproximadamente 100 kilómetros y una velocidad de unos 45 km/h, los triciclos tienen capacidad para llevar hasta seis pasajeros.
Se trata de un proyecto que involucra al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Cooperativa Taxis-Cuba, con el objetivo de “mitigar los efectos del cambio climático”, según una publicación en Facebook de la página Naturaleza Secreta de Cuba.
La iniciativa también es impulsada por el Programa de Pequeñas Donaciones, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
“El proyecto tiene como objetivo principal el introducir la tecnología de los triciclos eléctricos como una nueva modalidad de transportación de pasajeros, utilizando las fuentes renovables de energía para la compensación del consumo de electricidad y contribuir a la disminución de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y contaminantes a la atmósfera que emite el transporte convencional”, explica la publicación.
Además, “incluye un parque fotovoltaico conectado a la red eléctrica de 5 kw/h que entregará la energía a la red en el horario diurno similar a la energía de carga de los sistemas en el horario de la madrugada, donde el sistema electroenergético del país tiene una menor demanda”.
Con anterioridad, ya se había informado que en el país se estaban ensamblando bicicletas, triciclos para cargas y motorizados, que empezarían a comercializarse en las redes de tiendas minoristas y mayoristas de la isla bajo la marca Minerva, siendo parte de una estrategia nacional para la sustitución de importaciones.
En 2019 la empresa cubana tenía previsto ensamblar 30 mil bicicletas eléctricas y 40 mil mecánicas.
Sin embargo, la crisis del transporte, que tiene décadas de duración, continúa arreciando, ahora reforzada por las sanciones de Washington contra el régimen dirigido por Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel.
Recientemente, el Gobierno de La Habana sancionó a más de 700 conductores estatales que no apoyaron la transportación de pasajeros, como había orientado el gobierno ante la escasez de combustible.
El pasado domingo se conoció la amarga experiencia de una madre y su hija enferma, quienes esperaron más de una hora bajo el sol, para poder subir a un vehículo que las trasladara hasta un hospital de La Habana.
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