Ante el aumento de la demanda energética en el sector residencial en Cuba, debido a la casi total permanencia de la población en sus casas por la pandemia de coronavirus, así como a las altas temperaturas registradas en la isla, el gobierno vuelve a insistir en que hay que extremar las medidas de ahorro.
Según Elaine Moreno Carnet, directora de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía (Onure), en el pasado mes de abril el consumo de electricidad se disparó en el país, en comparación con los niveles registrados en el mismo periodo en años anteriores.
“El principal aumento del consumo eléctrico correspondió en abril al sector residencial, por lo que resultaba imprescindible la cooperación de la población con pequeñas acciones que contribuyeran al ahorro de energía”, dijo en una reunión del Consejo Energético Nacional, efectuada esta semana mediante videoconferencia.
En opinión de la especialista, si en cada una de las 4.064.000 viviendas cubanas, se apaga un tubo de luz fría de 20 watts durante 30 minutos –15 minutos antes y otros 15 después de los aplausos de las nueve de la noche–, se pudieran ahorrar 40 mwh diarios, lo que equivale a dejar de utilizar casi nueve toneladas de diésel al día.
El consumo promedio registrado en abril en los últimos cinco años fue de 52.777 mwh. Sin embargo, en 2020 dicha cifra ascendió a 54.353 mwh.
La diferencia entre ambos valores es igual a 500.000 litros de diésel, cantidad suficiente para generar electricidad para 248.000 viviendas en un día.
Precisó Moreno Carnet que tras las medidas de control implementadas, se logró reducir el consumo de electricidad en 4.099 mwh en la semana del 29 de abril al 5 de mayo, en comparación con el periodo anterior. Todas las provincias disminuyeron su consumo en los horarios pico del mediodía y la noche “gracias a un uso más racional de la energía”, añadió.
Las medidas de confinamiento social adoptadas por el gobierno para detener la propagación del coronavirus, sumadas a las altas temperaturas, provocaron un aumento de la demanda de electricidad que ha superado las cifras históricas.
El consumo del sector residencial es tan grande que ni siquiera el cierre de instalaciones de sectores estatales como el turismo, la educación y muchos centros laborales ha compensado la balanza.
En abril, tras varios apagones ocurridos en algunos municipios de La Habana, la Empresa Eléctrica de la ciudad advirtió a sus residentes que el consumo energético estaba “disparado” y los instó a ahorrar “por el bienestar de su propia familia”.
“Aún no hacemos lo que debemos y podemos. Ahorra, capitalino, por el bienestar de su propia familia”, dijo la entidad en una publicación en su muro de Facebook, junto a varias imágenes que mostraban a los obreros eléctricos “trabajando sin descanso”.
Esta semana fue necesario desconectar del sistema nacional la termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, para un mantenimiento de 72 horas. En la instalación, debido a la crisis del coronavirus, se redujeron los grupos de trabajo de 500 a 180 personas que usualmente laboran en su funcionamiento.
Este cierre podría generar nuevos apagones, como los que ocurrieron hace algunas semanas en los municipios San Miguel del Padrón, Regla, Habana del Este y Guanabacoa, en la capital.
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