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Más de 5.700 personas se han sumado a una petición en la plataforma Change.org, para que el gobierno de Estados Unidos cancele definitivamente la visa a Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) de Cuba.
La iniciativa partió de activistas de la comunidad LGBTIQ de la isla, quienes solicitan al Departamento de Estado, al Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) y al Departamento del Tesoro, que no le permitan entrar más al territorio norteamericano a la hija del dictador Raúl Castro.
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En el documento se describe la reciente participación de Mariela en el programa La Tarde se Mueve, del presentador Edmundo García, residente en Miami, en el cual negó que las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), donde el régimen encarceló a miles de cubanos, fueran “campos de concentración”.
La entrevistada trató “de minimizar con sus comentarios y complicidad las decenas de historias, testimonios y declaraciones de estos actos degradantes y violatorios a los derechos humanos ocurridos en estos campos de concentración, donde las personas recluidas eran obligados al trabajo forzado, al estilo de los gulag soviéticos”, subraya el texto.
“Según testimonios de las víctimas, en las UMAP fueron recluidas todas las personas que eran consideradas dañinas para el país…”, añadió.
Denuncian los activistas LGBTIQ cubanos que Mariela Castro y los miembros del CENESEX han incitado a la censura y al odio, por lo cual hacen extensiva la petición al gobierno de Estados Unidos a otras 10 personas vinculadas con la citada institución.
Igualmente, reclaman que “se emita una orden con el objetivo de evitar el envío de financiamiento de instituciones y personas en territorio de los Estados Unidos al CENESEX” y a las personas a quienes pretender vetar, pues no utilizan adecuadamente los fondos internacionales destinados a la comunidad LGBTIQ cubana.
Finalmente, acusan al centro de manipular con fines políticos a este grupo de población y de silenciar las constantes violaciones a los derechos humanos y hechos discriminatorios que han sufrido a lo largo de los años.
“Asimismo, silencia el uso de medidas violatorias como el estado de peligrosidad y condiciona la accesibilidad a las operaciones de adecuación genital o de cambio de sexo a cambio del servilismo y el compromiso con el carácter socialista de la nación y de sus líderes”, recalca la petición.
“Esta institución y sus funcionarios son cómplices y partícipes de la persecución, seguimiento y hostigamiento a los activistas de derechos de la comunidad LGBTIQ independiente”, concluye.
Las declaraciones de Mariela en el espacio de Edmundo García provocaron innumerables reacciones de rechazo. Uno de ellos fue Víctor Mozo, un cubano residente en Canadá, quien la tildó de despreciable y la acusó de no mostrar humanidad ni respeto hacia “todos aquellos que directa o indirectamente, pasamos por los tristes campamentos de las UMAP”.
“Era como una escuela al campo… excepto por la alambrada de púas, los guardias armados, las jornadas de trabajo de sol a sol, los castigos físicos y mentales, el aislamiento de nuestras familias, el hambre, la sed…”, recordó.
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