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Un nuevo y emotivo tributo por el fallecimiento de George Floyd, el afroamericano que murió bajo custodia policial en Minneapolis, se celebró esta vez en Houston, donde vivió antes de mudarse a esa ciudad de Minnesota en busca de mejores oportunidades.
El funeral, que comenzó en la Iglesia de la Fuente de Alabanza a las 11 am hora local, tuvo una amplia cobertura de medios estadounidenses e internacionales, los cuales trasmitieron en vivo la ceremonia. Participaron líderes religiosos y políticos, además de familiares y amigos.
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El servicio será una celebración de la vida de Floyd, había adelantado Mia K. Wright, copastora de la iglesia The Fountain of Praise, a la cadena CNN el lunes por la noche. Los gastos por los servicios fúnebres los asumió el connotado campeón de boxeo Floyd Mayweather.
“Celebramos una vida que tuvo sus altibajos como muchas vidas, pero también una vida que estaba conectada con Dios y a la que todas las personas en todo el mundo se han conectado ahora debido a la tragedia y el trauma por el que pasó”, dijo.
En los tributos intervinieron varios oradores y se hicieron cantos religiosos. El reverendo Arthur Rucker hizo una lectura del Nuevo Testamento. También participaron luchadores por los derechos civiles que, según Wright, harían “un llamado a la justicia, un llamado a la reforma social”.
"Ese dolor que sienten ahora irá pasando", dijo el representante demócrata y virtual candidato a la pugna presidencia este año, Joe Biden, en un mensaje vía remota a familiares y asistentes al funeral. "Sin proponérselo, están cambiando el mundo en el nombre de Floyd", enfatizó.
“Es tan importante que avancemos desde aquí desde un lugar de sanación e integridad porque si esperamos que ocurra un cambio en nuestra comunidad, no podemos salir de la ira, el dolor y la pérdida”, dijo. “Tenemos que aprender a movernos como una unidad completa”, añadió.
La sobrina de Floyd, Brooke Williams, dijo, en una elegía que provocó aplausos en la iglesia: "puedo respirar, y mientras respire se hará justicia". Alrededor de 500 personas fueron invitadas al funeral, celebrado después de servicios conmemorativos la semana pasada en Mineápolis y Raeford, la ciudad de Carolina del Norte donde nació hombre de casi dos metros de altura conocido como "Big Floyd".
Ocho minutos y 46 segundos de silencio se guardaron en honor a él, reflejando el tiempo en que un oficial mantuvo presión sobre el cuello de la víctima antes de que su vida se extinguiera.
Floyd murió el pasado 25 de mayo, después de que varios policías lo inmovilizaran en el suelo durante una detención en Minneapolis. El oficial Derek Chauvin, quien enfrenta acusaciones por el cargo de asesinato en segundo grado, oprimió con su rodilla el cuello de Floyd por más de 8 minutos, a pesar de que el detenido exclamó varias veces que no podía respirar, como se pudo apreciar en grabaciones que se hicieron del incidente.
La frase “No puedo respirar (I Can't Breath) se convirtió en uno de los lemas más populares que acompañaron a una serie de protestas a consecuencia de la muerte de Floyd. Numerosas personas en EE.UU. y el mundo se han unido al reclamo contra hechos racistas que a menudo tienen consecuencias mortales. Las voces congregadas exigen un cambio profundo, a nivel de sistema, si bien algunos hechos en medio de las manifestaciones fueron considerados actos de vandalismo, saqueos y violencia.
En un conmovedor video, Gianna Floyd, la hija de 6 años de Floyd, dijo que su padre había “cambiado el mundo”. Cargada sobre los hombros de un amigo íntimo de su padre, el ex jugador de basquetbol de la NBA Stephen Jackson Sr, la pequeña envió este mensaje en Instagram, volviéndose viral.
Poco antes de compartirse las imágenes en redes sociales, la madre de la pequeña, Roxie Washington, recordó en conferencia de prensa a Floyd, calificándolo como un “buen hombre”, y lamentando que su hija debía crecer, en lo adelante, sin su padre.
“Gianna no tiene padre. Nunca la verá crecer, graduarse. Nunca la acompañará por el pasillo. Si hay un problema que tiene y necesita a su padre, ya no lo tiene”, expuso.
Era la primera vez que Washington se expresaba para tocar las fibras de la sensibilidad públicamente desde que Floyd fuera asesinado. “Quiero que todos sepan lo que tomaron estos oficiales. Al final del día, pueden irse a casa y estar con sus familias”, dijo la mujer entre lágrimas.
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