Médicos cubanos se casan en un centro de aislamiento en Matanzas

Confeccionaron sus trajes con sábanas y sus prendas con latas.

Doctores Meysel y Adrián © Radio Rebelde
Doctores Meysel y Adrián Foto © Radio Rebelde

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Este artículo es de hace 4 años

Los médicos cubanos Meysel Alberto y Adrián Ruiz Fuentes decidieron que el coronavirus no sería impedimento para sellar su amor en matrimonio.

La pareja se encuentra en el Hotel Canimao, en Matanzas, en su tercera vuelta en "Zona Roja" desde que empezó la pandemia en Cuba, y quisieron aprovechar esta pausa de duración incierta para casarse.


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"Qué mejor ocasión que esta. Pienso que para casarse no necesariamente tienen que estar creadas todas las condiciones. Qué mejor que nuestros compañeros de trabajo, con los que llevamos meses en esta batalla, nos preparen una ceremonia de manera imprevista y nos haya quedado tan bien. Estamos muy contentos y todos nuestros familiares que han podido ver desde lejos lo que ha sucedido se sienten felices aun sin haber participado", contó Adrián a la emisora Radio Rebelde.

Ambos pertenecen al equipo quirúrgico del Hospital Militar Mario Muñoz y, además de atender a los pacientes de coronavirus como el resto de los médicos, son los encargados de operar a cualquiera de los enfermos de COVID-19 que lo necesite.

"Durante las tres veces que hemos trabajado hemos realizado 2 apendicectomías, 1 pleurotomía, el drenaje de 2 accesos glúteos, la cura de 2 úlceras de cúbito y 2 cesáreas", contaron.

Foto: Radio Rebelde.

Por el hecho de encontrarse aislados y no poder tener contacto con familiares y personas que no estén en el hotel, la doctora Meysel no pudo comprar un vestido, accesorios ni contratar a quien la maquillara y la peinara, como en la mayoría de las bodas.

Por eso, decidieron echar rienda suelta a la imaginación y crear las condiciones con lo que tenían a mano. Los collares y pulseras las confeccionaron con latas de refresco y cerveza, y sus trajes con sábanas.

"Los pulsos, los collares, los aretes estaban hechos con latas, el ramo de flores y el resto de la decoración de las mesas y las columnas se adornaron con plantas y flores del hotel. La persona que nos casó estaba disfrazada con un nailon negro, con hojas blancas, todo estaba sujeto con ganchitos de tender", detalló la doctora.

Foto: Radio Rebelde.

Meysel, de 26 años, y Adrián, de 29, se conocieron hace tres años en el hospital. Ella cursaba la especialidad de cirugía y él entró a terminar su residencia como cirujano. Se hicieron muy amigos, pero fue hasta hace 10 meses que surgió entre ellos algo más que una amistad.

"Nos conocimos en el trabajo. Recién llegaba de La Habana, en mi tercer año de la especialidad, y ella aún comenzaba sus primeros pasos por la cirugía. Ahí surgió una amistad, que aún mantenemos desde hace tres años. Una amistad que con el paso del tiempo llegó a lo inevitable, así inesperadamente, y comenzamos nuestra relación hace 10 meses", contó Adrián.

Desde que iniciaron su relación tuvieron el deseo de casarse, pero no tenían idea de cómo ni cuándo sería y mucho menos que "la brigada número 3 del Hospital Mario Muñoz y los trabajadores del Hotel Canimao fueran los que cumplieran nuestro sueño".

Aunque faltó la presencia del notario y para oficializar su matrimonio tendrán que hacerlo en un juzgado, ambos se niegan a llamar a su boda "una boda de mentira" y aseguran que cuando finalmente puedan casarse de manera formal, será difícil superar lo que vivieron.

"Es insólito. No pasará dos veces. Cuando realicemos la otra boda será difícil superar esta", aseguró el doctor.

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