A la espiral de robos de nuestra propiedad intelectual (PI) a favor y en conspiración con el Gobierno de China, se acaba de sumar otro suceso que confirma, una vez más, la descarada usurpación de la que somos objeto por parte de la nación asiática.
Resulta que, en esta ocasión, dos piratas cibernéticos chinos han sido acusados por el Departamento de Justicia por robar secretos de más de 12 compañías estadounidenses, procedentes de sectores tan sensibles como la salud y la defensa.
Robo en el sector de la salud
En el terreno sanitario, Li Xiaoyu y Dong Jiazhi, que así se llaman los acusados, habrían usurpado información clave de al menos cuatro empresas del patio que trabajan incansablemente para encontrar un tratamiento efectivo contra el coronavirus.
Según la acusación, desde el pasado enero Xiaoyu y Jiazhi habrían intentado acceder a esas compañías con el fin de usurpar información acerca de las pruebas que se realizan para hallar una vacuna contra el COVID-19.
El 27 de enero buscaron vulnerabilidades en una empresa de biotecnología de Maryland, que justo días antes había anunciado que investiga una potencial vacuna contra el coronavirus. Ese mismo día también ejecutaron un reconocimiento a otra compañía de Massachusetts, a la que públicamente se conoce por investigar una posible vacuna contra el COVID-19.
Pero esto no es lo único de lo que se los acusa: todo indica que su actividad ilegal se remonta a varios años, específicamente entre 2014 y 2020, etapa durante la cual han estado robando información sobre varios medicamentos, estructuras químico-farmacéuticas e investigaciones contra el cáncer.
En el sector de la defensa
Paralelamente a la usurpación de secretos en el terreno de la salud, a estos piratas cibernéticos chinos se les acusa de robar información a contratistas de defensa de Estados Unidos.
Según ha trascendido, han pirateado en torno al diseño de armas, los códigos fuente de diversos softwares y la tecnología aplicada a varios de nuestros sistemas, principalmente los relacionados con:
- Satélites militares
- Comunicaciones militares
- Sistemas de microondas
- Armas antimicrobianas
- Sistemas de integración
- Redes inalámbricas
De acuerdo con la acusación, ambos hackers, excompañeros de clase en una escuela de ingeniería eléctrica en Chengdu, actúan desde su país y roban PI con el fin de proporcionarle información al Ministerio de Seguridad del Estado de China.
Y a juzgar por las redes informáticas comprometidas con el ciberataque, habrían robado cientos de millones de dólares en secretos comerciales, propiedad intelectual e información comercial valiosa.
Según el Departamento de Justicia, no solo Estados Unidos ha sido blanco de este ciberespionaje.
Otros países, como Australia, Bélgica, Alemania, Japón, Lituania, Corea del Sur, España, Suecia y Reino Unido han sido también víctimas del robo de propiedad intelectual, fundamentalmente en áreas relativas a la lucha contra el coronavirus.
Estados Unidos dijo el miércoles que ordenó a China que cierre su consulado en Houston “para proteger la propiedad intelectual y la información privada de los estadounidenses”.
China condenó la decisión, que se produce en un momento de crecientes tensiones entre las dos mayores economías del mundo. El vocero del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, calificó lo ocurrido de “acción escandalosa e injustificada que saboteará las relaciones entre los dos países”.
Antecedentes inmediatos
El pasado mayo, el presidente estadounidense Donald Trump acusó públicamente a China de apuntar a universidades, compañías farmacéuticas y otras empresas de atención médica norteamericanas con el propósito de usurpar PI relacionada con tratamientos destinados a contrarrestar el coronavirus.
En su momento, Trump dijo que tales intrusiones podrían poner en peligro el progreso de la investigación médica en torno a la pandemia.
El reciente Reporte Especial 301 de 2020 ubicó a China en el tope de la lista de vigilancia prioritaria que incluye a los países mayormente violadores de PI a nivel mundial.
Y en junio pasado, el Departamento de Defensa publicó un listado con las 19 compañías chinas que operan desde nuestro territorio en franca alianza con el ejército de su país.
Básicamente, el 80% de los enjuiciamientos que se hacen en territorio estadounidense en torno al robo de secretos comerciales e industriales involucran a la nación asiática, y en el 60% de los casos relacionados con la usurpación de propiedad intelectual hay al menos un nexo con Beijing.
¿Qué más se puede decir? Que caiga sobre los infractores todo el peso de la ley.
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