El actor cubano Carlos Massola lamentó la situación que estaban atravesando en la Isla por la escasez de alimentos en medio de la crisis sanitaria del nuevo coronavirus.
“No hay comida, todo es mentira”, aseguró Massola durante una trasmisión en redes sociales del espacio Somos Miami TV, cuando los presentadores le preguntaron cómo él y su familia estaban sobrellevando la situación.
“Te voy a mostrar el bistec que me comí hoy”, dijo y seguidamente le mostró a los actores Jorge Ferdecaz y Lieter Ledesma una tajada de aguacate, a modo de broma, pero ilustrando qué debían enfrentar los cubanos para alimentarse.
Poco después, explicó que no tenía con qué alimentar a su madre y su abuela, porque no podía encontrar ni leche en polvo. “Aquí no hay nada, esto es un desastre”, enfatizó el actor que cuenta con un largo recorrido en la televisión cubana.
“Aquí no tenemos dólares. Aquí lo poco que ganan los actores en CUC no sirve de nada”, expuso, refiriéndose a la posibilidad en la práctica de adquirir productos y alimentos en las tiendas de Moneda Libremente Convertible (MLC).
Por su parte, Ferdecaz precisó que un actor en Cuba, como protagonista de una serie televisiva, podía ganar hasta 3 600 pesos en Moneda Nacional, lo que representarían en una conversión unos 160 dólares, sin embargo, en la isla no había mecanismos estatales para cambiar esa ganancia en pesos cubanos por dólares estadounidenses.
“Esto está acabado”, sentenció Massola, refiriéndose al estado del país.
A mediados de este mes, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel anunció la apertura a partir de 72 tiendas para la venta en dólares (USD) de alimentos y productos de aseo, además de otros artículos de primera necesidad que serían calificados luego como de “gama media” y “alta”.
El mandatario anunció que tales establecimientos venderían una determinada cantidad de mercancía en Moneda Libremente Convertible, para tener divisas y seguir ampliando ese tipo de ventas. Para muchos, esto significaría una manera de acentuar la brecha económica que separa a los cubanos hoy día en cuanto al acceso a los bienes más elementales.
De entrada, solo un porciento de la población puede recibir dólares, los cuales, en gran medida, hoy únicamente ingresan a la isla por concepto de remesas familiares. Otra vez, como en la crisis de los años noventa, el régimen dependería para su salvación del exilio al que tanto ha menospreciado.
Los 72 establecimientos comerciales minoristas fueron dispuestos en todo el país, representados por las cadenas Caribe y Panamericana. De ellos, 57 se dedicarán a expender alimentos y productos de aseo, y 15 son de artículos de ferretería, según Díaz-Canel.
El gobernante explicó que se mantendrán abiertas, “a un costo tremendo”, las ventas en las tiendas en CUC y CUP, donde se seguiría ofertando aseo, alimentos, canastilla y productos de artesanales, pero la escasez reina en estos mercados y quienes deben recurrir a ellos muchas veces regresan a casa con las manos vacías.
No obstante, Díaz-Canel expresó que esta decisión forma parte de “un sistema de medidas no solo para resistir, sino para salir adelante”. De igual modo, algunos cubanos han expuesto que las nuevas tiendas en MLC tampoco están tan surtidas como cabía esperar, ya que en ocasiones no se encuentran determinados alimentos o productos.
Pero sin dudas las imágenes compartidas en redes sociales muestran un panorama más favorable que el de la red de tiendas tradicionales. Ante la curiosidad de los cubanos sobre cómo en tan poco tiempo habían surgido todas estas mercancías para llenar los anaqueles de los mercados, la directora de Tiendas Caribe, Ana María Ortega Tamayo, sostuvo que los cargamentos de productos para abastecerlos, llegaron a la isla solo 72 horas antes de la apertura de los establecimientos.
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