Ya son cerca de 200 los refugiados integrados en la Caravana de Cubanos Unidos, que han acampado y que están viviendo en condiciones terribles en la frontera de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua. Quienes les apoyan han redactado una solicitud de firmas en la plataforma change.org pidiendo al Gobierno de Nicaragua que les deje seguir camino antes de ser desalojados, tal y como han avanzado fuentes de Acnur al periodista Mario Vallejo.
De momento, la petición de firmas en change.org sólo ha conseguido 68 apoyos. La mayor parte de los migrantes son solicitantes de asilo en Costa Rica, pero se marchan del país porque no pueden trabajar ni tienen dinero para pagar la renta o comer. Muchos se quejan de que el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados les ha dado la espalda y que desde Acnur han llegado a decirles: "Si no le gusta, vuélvase para Cuba", refiriéndose al tipo de ayuda que les estaban proporcionando.
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Una madre con su bebé, que forma parte del grupo de los 200 cubanos varados en Peñas Blancas, cuenta que salió de Cuba en febrero hacia Costa Rica y que en estos momentos se encuentra varada en este país. Desde hace cuatro días duerme a la intemperie con una niña pequeña llena de picaduras de mosquitos. Ella pide ayuda al presidente Donald Trump y al senador Marco Rubio para llegar a su destino a cumplir su sueño. "Queremos ser libres", dice ante la cámara.
Como publicó CiberCuba, los refugiados cubanos comenzaron a llegar a Peñas Blancas el pasado sábado 8 de agosto, pero las autoridades fronterizas les impiden continuar camino hasta tanto presenten una prueba PCR negativa de COVID-19.
La Caravana de Cubanos Unidos llevan cuatro días en la frontera de Peñas Blancas, durmiendo en tiendas de campaña y no tienen baños ni dinero para comprar comida o agua. Las autoridades aseguran que desconocen de dónde han salido tantos cubanos.
"No venimos en son de guerra. No venimos en son de nada. No queremos que nos den plata. Queremos ganarnos la plata. Nosotros somos profesionales. Entiendan nuestro dolor. No damos más y aquí nos vamos a quedar", dijo una de las integrantes de la Caravana.
Funcionarios costarricenses acudieron al campamento de los cubanos con la intención de hacer una valoración de la salud de las personas acampadas, especialmente de los niños que no han elegido estar en ese sitio. Sin embargo, se encontraron con la oposición de los refugiados, que se niegan a ser trasladados a un albergue porque lo que quieren es seguir su camino y marcharse de Costa Rica.
"Estas condiciones son inhumanas", les dijo un funcionario costarricense preocupado por la presencia en el campamento de mujeres embarazadas, niños y adultos mayores crónicos, hipertensos y diabéticos sin ningún tipo de tratamiento.
En la Caravana de Cubanos Unidos se niegan al traslado de las personas vulnerables a un albergue. "A la vez que se llevan a los vulnerables están dividiendo el grupo", dijo uno de sus integrantes.
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