Mercedes Olivera Nuñez tiene 35 años, vive en Baracoa (Bauta), en la provincia de Artemisa, y sufre atrofia muscular espinal, una enfermedad degenerativa que la mantiene enganchada a una máquina de oxígeno. "Yo me estoy muriendo", reconoce en una entrevista concedida a CiberCuba para denunciar que su abuelo de 83 años murió hace 10 días de una obstrucción intestinal que no fue atendida como una urgencia médica en La Habana.
Tras el fallecimiento, Olivera se plantea interponer una reclamación en los hospitales Calixto García y en el Clínico de 26 porque ninguno de los dos hizo pruebas a su abuelo para comprobar a qué se debía su mal estado de salud o los vómitos fecaloideos que sufría.
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En el primer centro hospitalario al que fue el cirujano que lo vio lo mandó para su casa y le dijo que regresara después de que se hiciera las pruebas pertinentes en su municipio. En el segundo, lo dejaron incluso durmiendo en los bancos de Urgencia.
El abuelo de Mercy empezó a sentirse mal el 14 de octubre y falleció en su casa tres días después, víctima de una obstrucción intestinal. Según explica a este portal, en esas 72 horas la doctora de su consultorio médico no se pasó por la vivienda familiar a ver qué le pasaba, pese a que ella asegura haberla llamado insistentemente.
Tampoco se acercó a preocuparse por el estado de salud del abuelo de Mercy, la directora del policlínico de su zona, aunque estaba al tanto de la alta vulnerabilidad de una familia integrada por dos personas mayores de 80 años y una mujer adulta con una enfermedad crónica sin tratamiento en Cuba.
Cuando finalmente fue a ver al abuelo de Mercy, éste ya había fallecido. Ellos, según explica su nieta, no tenían los 100 dólares con los que se suele sobornar al médico para que acceda a llevar a cabo una operación en tiempos de restricciones impuestas por el coronavirus.
Pese a que Mercy y sus abuelos viven de la pensión de la abuela, tuvieron que pagar un carro para que los llevara al hospital en dos ocasiones porque desde el policlínico les dijeron que no había ambulancia. Además, para lavarse las manos obligaron a la familia a firmar un documento con el que ellos se hacían responsables del traslado del enfermo al Calixto y al Clínico de 26.
A preguntas de CiberCuba, Mercedes Olivera, asegura que cuando escucha el mantra de que Cuba es una potencia médica mundial ella piensa sencillamente que es "mentira".
Lo ha comprobado en sus propias carnes. Reclamar por la atención médica gratuita y de calidad de la que saca pecho el Gobierno cubano le ha convertido en diana de las amenazas de la familia de la doctora de su consultorio médico, con la que mantiene una relación de tirantez porque ella no entiende que Mercy necesita cuidados y atención especializada.-
La situación ha llegado hasta el extremo en que es la propia paciente la que se canaliza las venas para inyectarse porque no hay personal médico a su disposición para hacerlo.
Éste no es el único caso de supuesta negligencia médica que ha sido denunciado en Cuba este año. Cada vez son más las personas que acuden a la prensa independiente para quejarse de mala praxis médica y la discriminación hacia los pacientes que no tienen dinero para hacerle regalitos a los médicos que los atienden, pese a que la sanidad es universal y gratuita en la Isla.
La pequeña Emmilianet Álvarez Sánchez falleció el pasado 30 de septiembre, luego de que en el policlínico no recibiera las atenciones necesarias, por falta de medicamentos y de competencias del personal médico.
La bebé llegó vomitando y los médicos nunca la revisaron ni hicieron nada por ayudarla, aún cuando tenía la boca y los pies morados. La ambulancia que debía trasladarla al pediátrico William Soler tardó una hora en llegar y la menor llegó cadáver al hospital.
La denuncia más sonada por negligencia médica en Cuba fue la que hizo este verano el reguetonero cubano Yomil Hildalgo tras la muerte de su compañero El Dany, en el hospital Calixto García, de La Habana.
Según explicó en su momento, El Dany sufría dolores en las piernas, pero en el hospital no daban con la causa; lo achacaron a un problema de los nervios y optaron por inyectarle vitaminas.
"Yo lo único que pido es que se me haga justicia con mi hermano, que los culpables paguen. Ahora me toca seguir solo, grabar solo, con su espíritu al ladito mío. Por favor, mantengan vivo su legado, que descanse en paz y que nos guíe", dijo en su momento".
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