El periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez Rodríguez dijo que se siente asqueado con los cuestionamientos que ha estado recibiendo acerca de sus intenciones al entrar a la sede del Movimiento San Isidro.
A pesar de que puntualizó que está acostumbrado a los "asesinatos de reputación por parte de los aparatos de propaganda" cubanos, Carlos dijo que los comentarios condenatorios que ha recibido en las últimas horas han superado cualquier expectativa.
"Nunca nada me ha asqueado y perturbado tanto como ciertas sospechas viles que patriotas de sofá ya están lanzando sobre las posibles intenciones mías a la hora de entrar a San Isidro. Me dan tantas ganas de vomitar que ni siquiera puedo repetirlas", escribió en su cuenta de Facebook.
"Por favor, no me envíen ningún otro comentario mezquino que busca destruir mi prestigio y moral, las dos únicas cosas que van conmigo intactas en este cuerpo medio desbaratado que tengo. Me provoca muchísimo dolor", expresó a quienes lo cuestionan y emiten juicios personales.
Carlos estuvo entre las 14 personas que la noche de este jueves fueron detenidas a la fuerza en Damas 955, con la excusa de que el PCR de él había dado "alterado" y se estaban violando los protocolos para el control del coronavirus en el país.
"Ayer en la noche me llevaron esposado al policlínico de 5ta y 16 en Miramar, acompañado por tres agentes de la Seguridad del Estado (les buscaba los ojos y me esquivaban)", contó el escritor, que en estos momentos está en casa de su amiga y colega, la periodista Mónica Baró.
A Carlos le practicaron un segundo PCR a pesar de que él dijo que no tenían su consentimiento y hoy le deben entregar los resultados. Además, le advirtieron que tendrían vigilancia policial las 24 horas hasta el domingo.
Carlos resaltó que él y los huelguistas de San Isidro vieron "el terror que tuvo que implementar ayer el régimen" como una victoria, porque tuvieron "que acudir a un punto de violencia que los volvía a desnudar".
"Mi pensamiento, y todo lo que ahora mismo puedo llamar yo, siguen en Damas 955 y en esas personas. Algunos, amigos muy cercanos; otros, personas que no conocía pero que ya no podría nunca dejar de conocer. Sigo en Cuba, digo, y sigo puesto", remató Carlos Manuel.
La misma noche del jueves, la Seguridad del Estado liberó a las personas que fueron detenidas en San Isidro y las llevó a sus casas, con vigilancia policial permanente, para impedirles salir y volver a juntarse.
El artista Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los más delicados de salud por la huelga de hambre que aún mantiene y la de sed que sostuvo por más de siete días, no ha podido regresar a su casa, que es la sede en Damas 955, porque el lugar está restringido y ocupado por la policía. Hasta el momento, se desconoce dónde lo tiene la policía.
El artista ha asegurado que no piensa ir a ningún otro lugar, que esa es su casa y que tampoco piensa abandonar la huelga de hambre o dejar de exigir la libertad de Denis Solís.
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