Seguridad del Estado desaloja por la fuerza la sede del Movimiento San Isidro y detiene a varios huelguistas

Según reportaron fuentes desde La Habana Vieja, efectivos policiales entraron a la fuerza a la sede del MSI y sacaron a golpes a los huelguistas.


Este artículo es de hace 4 años

Agentes de la Seguridad del Estado irrumpieron en la sede del Movimiento San Isidro la noche de este jueves y arrestaron violentamente a los huelguistas de hambre y otros manifestantes que se encontraban en la casa de La Habana Vieja.

La noticia fue confirmada por testigos del barrio, entre ellos la esposa de Esteban Rodríguez, y replicada por cubanos en las redes sociales. Según las versiones de los hechos, los agentes rompieron la puerta para entrar al inmueble y sacaron a la fuerza a los activistas del MSI y a otras personas que estaban dentro.


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Poco antes, el acceso a internet y redes sociales quedó interrumpido en la zona.

El periodista Maykel Vivero reportó en Twitter: "Todo indica que la sede del Movimiento San Isidro fue desalojada por la policía. Así se ve ahora la esquina de San Isidro y Damas, como si hubiera una pelea callejera o un escándalo. Estoy ahí, confirmando el desalojo forzoso".

Según González Vivero, un testigo de los hechos contó que frente a la casa un grupo de supuestos vecinos realizó un "acto de repudio" e inmediatamente después, las fuerzas represivas rompieron la puerta y sacaron a las personas.

"Me está diciendo un socio mío que vive allí al doblar que le dieron golpes a todo el mundo allí", aseguró en la red social Facebook la usuaria Camila CR.

El miembro del Movimiento San Isidro, Amaury Pacheco, publicó en su cuenta de Facebook: "La Seguridad del Estado y otros factores fuerzan la entrada del MSI. ALARMA!!!!".

Momentos antes del asalto, en la sede del Movimiento San Isidro se personaron tres supuestos médicos a buscar al periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez, con el argumento de que había dado alterado el examen PCR que le realizaron al arribar a La Habana, el martes último.

Los hombres aseguraron que llegaban en nombre de las autoridades de salud pública, debido a que Álvarez había violado la ley sanitaria al proporcionar una dirección en el aeropuerto que no coincidía con la del lugar donde permanece. Cuando los activistas les pidieron que se identificaran, no lo hicieron.

Álvarez explicó que se realizó un PCR en Estados Unidos antes de viajar a la isla y dio negativo, y que se mantenía completamente aislado en la sede de San Isidro.

"Detrás de esto hay intereses políticos y está la mano de la Seguridad del Estado. No puedo creer en un estado que miente sobre mí", sostuvo el director de la revista independiente El Estornudo.

Tras retirarse los supuestos doctores de la sede del MSI, Iliana Hernández, periodista de CiberCuba que se encuentra en huelga de hambre, envió un mensaje a nuestra publicación denunciando el bloqueo de su cuenta de Facebook, y alertó que se acercaban a la vivienda gran cantidad de personas. "Vienen un montón de médicos vestidos de verde", fueron sus últimas palabras. Poco después se interrumpió la comunicación.

Desde el pasado miércoles 18 de noviembre un grupo de activistas del Movimiento San Isidro libran una huelga de hambre, para exigir la liberación del joven rapero contestatario cubano Denis Solís González.

El lunes 9 de noviembre, Solís fue detenido de manera arbitraria luego de que enfrentara verbalmente a un policía que entró a su casa sin causa aparente ni presentar una orden judicial. Dos días después y tras un juicio sumario, el joven de 31 años fue condenado a ocho meses de prisión por el supuesto delito de desacato.

Sus compañeros del Movimiento San Isidro, del cual es miembro, acordaron organizar una peregrinación y la lectura de poesía en varios sitios de La Habana Vieja, a modo de protesta. Sin embargo, agentes de la Seguridad del Estado les impidieron salir de la sede a manifestarse pacíficamente y los sitiaron. El lunes 16 decidieron acuartelarse allí hasta que liberasen al rapero.

El miércoles, nueve de los 15 activistas que estaban en el lugar iniciaron una huelga de hambre después de que la policía le decomisara los alimentos y el dinero a una vecina que les llevaba alimentos, para obligarlos a desistir. Entonces, a su exigencia inicial de que pusieran en libertad a Solís, se sumaron otras dos demandas: la devolución del dinero a la vecina y el cierre de las tiendas en moneda libremente convertible en todo el país.

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Abel Fernández

Abel Fernández, graduado de Letras por la Universidad de La Habana, escritor y curador independiente


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