Productores privados de la provincia de Villa Clara (centro de Cuba) van camino de cerrar 2020 con casi 7 millones de litros de leche por debajo de los planes que se habían marcado los comunistas cubanos para este año.
Este descenso en las entregas de leche al Estado se debe a que casi la mitad de las cooperativas de créditos y servicios y de producción agropecuaria (140) de la provincia incumplen el plan de entrega de leche que les impone el Gobierno, según recoge el portal oficialista Cubadebate.
¿Por qué pasa esto? Porque el Estado obliga a los productores de leche a venderle a precios bajísimos el 80% de su producción y el resto (20%) lo pueden coger "para solventar sus necesidades".
El problema está en que ese 20% lo colocan en el mercado en 10 y 15 pesos, el doble de lo que paga el Estado por el mismo producto.
También lo destinan a la elaboración de queso o yogurt, con una alta demanda en el mercado. Ambos productos se pagan mucho mejor que la leche.
Como esas cifras no son fijas, sino que dependen de lo que el campesino produce, en la práctica, cada vez entregan menos al Estado, que dice que utiliza la mayor parte de esa producción privada para surtir las bodegas, hospitales, hogares de ancianos y orfanatos.
Además, algunos campesinos no dan parte al Estado de nacimientos de terneros ya que de informarlo, el Gobierno les obligaría a aportar más a precios por debajo del mercado.
Pero no es el único problema que afecta a la producción de leche. Hay campesinos que la producen y se quedan esperando a que los de Acopio pasen a recogerla. Así lo explica un campesino que incumple la producción por la ineficiencias de los distribuidores estatales.
“No la puedo llevar al termo. Lo mío es producirla y si no la recogen prefiero echársela a los puercos”, dice el productor Octavio Cruz, del que se mofa la prensa oficialista, que no reconoce que existan problemas en Acopio.
En la misma línea se manifiesta Alcides Sánchez, un ganadero que vive a dos kilómetros del termo y al que Cubadebate afea que no lleve la leche a Acopio, teniéndolo cerca y estando, como están los ganaderos cubanos, obligados por el Estado a entregar sus producciones a precios por debajo del mercado.
Él asegura que cuando el acarreador no pasa a buscar la leche, la hace queso o la vende en su barrio. ¿Y por qué falla el acarreador? Porque gana entre 200 y 300 pesos al mes pese a que en principio se estableció el pago de 40 centavos por litro de leche acarreada al termo. Sólo al que lleva 500 litros al termo, le pagan lo que estipula el convenio del sector lácteo.
Con ese sueldo, tres veces por debajo de los 879 pesos que ganó de media un trabajador cubano en 2019, casi nunca hay acarreador. Nadie aguanta con ese sueldo y, como consecuencia, no hay quien lleve la leche a uno de los 163 termos de la provincia (1.200 en todo el país).
Ahí no acaba la burocracia. Los responsables de los termos son los que tienen que acopiar la leche, pero también dedicarse a controlar a los ganaderos para que no engañen al Estado y entreguen el 80% de su producción a precios que no son competitivos y que no hacen rentable el negocio.
Como van desbordados de trabajo hay campesinos que no saben cuál es su plan anual y que entregan a voluntad una parte de su trabajo, a un Estado ajeno a las leyes del mercado, pero que castiga a quien las respeta.
Los campesinos que deciden vender lo que producen a otro comprador que no sea el Estado se arriesga a sanciones que multiplican hasta diez veces el precio del litro de leche.
También están expuestos a los ladrones que les roban el ganado para sacrificarlo. En lo que va de año, la provincia ha abierto 2.153 casos de sacrificio de ganado mayor (un 7% más que en 2019). De ellos 1.269 son hurtos y 884 son sacrificio para la venta de la carne.
Como resultado del saqueo estatal a las producciones de los campesinos, no hay leche en las bodegas, llega tarde, con exceso de agua o de sal, que son, en general, las principales quejas de los consumidores de Villa Clara (centro de Cuba).
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: