Nunca la vigencia de José Martí se ha sentido más tangible que ahora, cuando la noche es patria y la luz y la palabra humana estorban. No es de sorprender que hasta celebrar la vida y la obra del apóstol sean vistos por el poder como un acto de provocación.
Este miércoles 27 de enero fue de oscuridad, de miedo, de sinsentido. Y todo porque un grupo de jóvenes cubanos, de formación y sensibilidad artísticas, quisieron declamar y honrar al más universal de todos los cubanos.
Pero la historia comienza la noche anterior, cuando representantes del 27N reciben una invitación del Ministerio de Cultura para retomar un diálogo postergado y temido por las autoridades cubanas. Temido, sí, aunque Alexis Triana y el NTV digan lo contrario.
“Ahora sí no hay diálogo, Alexis. Nadie querrá sentarse con un funcionario público que se dice poeta y sale a la calle a arrebatar teléfonos y golpear a manifestantes pacíficos,” dijo el dramaturgo Yunior García en su perfil de Facebook. Y lleva razón.
¿Por qué el MINCULT fijó una reunión justo para el día 27 de enero, a dos meses exactos de la sentada histórica en apoyo al Movimiento San Isidro y en vísperas del aniversario del natalicio de José Martí? ¿Por qué les avisa a los invitados sólo con poco más de doce horas de antelación?
De cualquier modo, y a pesar del aviso de última hora, los promotores del diálogo -artistas, no mercenarios- decidieron aceptar esta y otras condiciones, y dirigirse al Ministerio que supuestamente los representa para poner sobre la mesa sus preocupaciones sobre la independencia del arte, la libertad de expresión y la censura en Cuba.
Pero en lugar de dialogar, los funcionarios y agentes allí presentes los agredieron física y verbalmente. Entre los agredidos se encontraban mujeres. Más de una veintena de jóvenes cubanos, artistas, estuvieron sin dar señales este miércoles. Detenidos y con paradero desconocido. “¿Dónde está mi hermana?,” preguntaba una usuaria de Facebook. “¿Dónde están mis amigos?”, se lee en otro post de la misma red social. Y videos y más videos de represión y acoso.
Que tres hayan sido los representantes del 27N acordados por ambas partes para reunirse dentro del MINCULT, no impide a otros artistas, o cubanos en general, apostarse en las afueras del recinto pactado para el diálogo. Como dijera el intelectual Jorge Fernández Era, “en las atribuciones de un viceministro no está decidir por calles y aceras que no son de él, mucho menos exigirles a esos jóvenes que se retiraran del lugar.” Más lamentable aun, fue elegir a la Covid como excusa para echarlos de un lugar público, lo cual denota oportunismo, falta de sensibilidad e irrespeto.
La buena noticia es que el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, por fin dio la cara a quienes desde hace dos meses lo procuran. Dos meses que son, en realidad, décadas de silencio institucional ante las preocupaciones de intelectuales y artistas cubanos.
Sin embargo, es vergonzoso que en medio de estas circunstancias, llegara Alpidio Alonso en la figura de “un ministro ausente, ineficiente y cobarde a comportarse como un vulgar delincuente,” palabras de Orestes Saavedra Sánchez, director de la Orquesta Sinfónica de Holguín y amigo de la infancia, quien tuvo que retirar su post hace unos minutos, presumiblemente, por presiones. De cualquier forma, también Orestes tiene razón.
El Ministerio de Cultura invita al diálogo, pero a uno de los invitados, Yunior García, se le prohíbe llegar al encuentro, mientras otros son sitiados por patrullas de la Policía que les impidieron salir de sus casas, horas antes de la reunión.
Funcionarios del Ministerio de Cultura dicen estar abiertos al debate, pero agentes de la Seguridad del Estado apresan a quienes apoyaban a los que fueron convocados a debatir, como si fuera lo mismo un interrogatorio con un oficial de las fuerzas represivas que una conversación con un ministro.
Dicen también estar abiertos a la comunicación con los artistas, pero el Ministerio de Comunicaciones ordena a ETECSA cortar la conexión a internet por datos móviles en toda Cuba para impedir que el pueblo cubano supiera lo que estaba aconteciendo, y una vez más Humberto López omitió en el NTV la versión de los protagonistas de este nuevo capítulo de vergüenza nacional.
Porque sí, los protagonistas de la Cultura son los que hacen arte y pensamiento, no los que, a fuerza de preservar un alto puesto, tildan de mercenarios o de provocadores a quienes impulsan un cambio necesario.
Este miércoles no hubo diálogo en el MINCULT y no creo posible que lo haya en ningún otro sitio, después de la manera burda en que tres ministerios manejaron la situación.
El problema sigue siendo la institucionalidad y sus jerarcas inamovibles. Acaso “hay que empezar a poner el cuerpo,” como manifestó la artivista Tania Bruguera en un Facebook Live tras su liberación este mismo miércoles.
Acaso “ya es hora de empezar a morir,” diría el apóstol; de empezar a decir adiós a la noche y a los caminos que no conducen a ninguna parte. Acaso, sin darnos cuenta, ya amanece en Cuba.
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