Algunos campesinos cubanos han quedado por debajo del salario mínimo tras la subida de precios que trajo consigo la llamada tarea ordenamiento implementada en el país desde el 1 de enero de 2021.
Según un reporte de la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN) los trabajadores de organopónicos en La Habana están en esa situación debido al incremento de precios que les impide pagar nóminas que cubran las actuales tarifas de productos y servicios.
La prensa oficialista pone como ejemplo el organopónico Arcoiris y la finca Néstor de Arangure, pertenecientes a una Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) de Habana del Este, donde los empleados no pueden cobrar el salario mínimo estipulado en Cuba este año.
"Antes de la Tarea Ordenamiento, lo que cobraban satisfacía en cierta medida las necesidades pues estaba por encima de muchos salarios estatales, con las nuevas medidas que conllevan el alza de precios en productos y servicios, el ingreso es insuficiente", explicó Idelvis Bombino Bravo, representante del organopónico Arcoiris.
Cuatro trabajadores atienden las 0.6 hectáreas, con 88 canteros, que tiene el organopónico y aunque la producción de alimentos debe garantizar el salario mínimo (2.100 pesos según cifras oficiales) la realidad es que se ven en una encrucijada económica.
Similar es la situación de los cinco hombres que trabajan en la finca Néstor de Arangure, que aunque sus áreas están sembradas de zanahoria, acelga, ajo de montaña, lechuga, tomate y apio, no es suficiente el dinero que ingresan para pagarle a los campesinos.
Uno de los principales problemas de estos dos sitios, al igual que muchos otros, es que no tienen acceso a fertilizantes, plaguicidas, fungicidas y tecnología moderna que les permita incrementar los niveles de producción en un corto plazo de tiempo.
Ante la carencia deben acudir a la agroecología, que es más saludable y tiene un impacto positivo en el medio ambiente, pero una de cuyas desventajas es que una incorrecta aplicación de sobreprecio puede afectar el rendimiento de la producción y generar mas gastos que ingresos.
En el organopónico Arcoiris, obtienen los plaguicidas y fungicidas mediante el tratamiento de distintas plantas o la siembra del romero y el orégano para usarlas como repelentes y fertilizan los suelos con materia orgánica del estiércol del ganado o del humus de lombriz, explicó la ACN uno de sus trabajadores.
Para enfrentar los problemas económicos estos productores desarrollan algunas iniciativas que les permitirá vender posturas de ají y tomate, que se cotiza en el mercado a más de un peso cada unidad, aunque tendrán que esperar un tiempo para ver las ganancias y los resultados en sus bolsillos.
El economista cubano Elías Amor analizó en las páginas de este periódico los datos oficiales (parcialmente transparentes) ofrecidos recientemente por el Ministerio de Finanzas y Precios y llegó a la conclusión de que actualmente es imposible incrementar los niveles de producción.
"Para que esto se produzca esa demanda es necesario que en la economía nacional exista una oferta sustitutiva de las importaciones y con capacidad, y sobre todo, flexibilidad para crecer", escribió el también presidente de la Unión Liberal Cubana.
La llamada Tarea Ordenamiento incrementó el precio de muchos productos y servicios en Cuba. La medida gubernamental pretende ganar en eficiencia económica y eliminar los subsidios de muchos productos a través de un grupo de medidas que para muchos ciudadanos han sido demasiado drásticas, teniendo en cuenta el contexto actual del país, agudizado por la crisis del coronavirus.
Las quejas de la población están dirigidas fundamentalmente al tarifazo que representa para muchos bolsillos el pago de la electricidad, el agua potable o los alimentos. Aunque el Gobierno cubano dio marcha atrás a algunos de los precios presentados en un primer momento, aún muchos consideran que siguen siendo elevados y que no se corresponden con la calidad de lo que reciben.
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