El ciudadano cubano Ronny Leonides Hidalgo estalló en redes sociales al comprobar que su factura de gas correspondiente al mes de enero ascendió a 400 pesos, siendo solamente dos personas las que conviven y consumen el combustible en su unidad familiar.
“Ahora sí que se volvieron locos: $400.00 de gas manufacturado. Un desecho del refinamiento del petróleo, que para evitar la contaminación se usa como un producto para el uso del hogar. Este es el consumo de dos personas. Por mí que lo corten, no pago este ROBO”, manifestó Leonides Hidalgo.
El precio del gas ha sido uno de los que más contestación ha provocado luego de la entrada en vigor de la unificación monetaria conocida como “tarea ordenamiento”, que ha traído aparejada un aumento de los precios y una sensible pérdida del nivel adquisitivo de los cubanos a pesar del aumento de los salarios y pensiones.
A mediados de diciembre del pasado año la empresa estatal Unión Cuba-Petróleo (CUPET) anunciaba que subiría el precio del gas a partir de enero de 2021, y que la “balita” de 10 kilogramos pasaría a costar 213 CUP.
El anuncio de la subida causó indignación y más preocupación en una población que empezaba a enterarse de los nuevos precios que tendrían la canasta básica, así como otros servicios y productos de primera necesidad, luego de la entrada en vigor de la unificación monetaria.
Pocos días después del comunicado de CUPET, el jefe de la comisión de los Lineamientos, Marino Murillo, comparecía en televisión para mostrar la receptividad del gobierno ante las quejas de la población y anunciar una bajada del precio de 213 a 180 CUP, en correspondencia con las nuevas tarifas eléctricas rectificadas.
El también llamado "zar de las reformas económicas" del régimen cubano subrayó que la rebaja estaba relacionada "no solo con la preocupación de la población" sino "con que si tú bajas la tarifa de electricidad, tiene que bajar un poco también el precio del gas para ser coherentes con la matriz de consumo en la cocción de alimentos”.
La “falta de disponibilidad de cilindros llenos” en sus correspondientes puntos de venta antes de la entrada en vigor de la “tarea ordenamiento” hizo que, en otro gesto de rectificación ante el enfado de la población, las autoridades de La Habana decidieran extender “de forma excepcional” el periodo de compra de la balita de 10 kg de gas licuado normado (a 7 CUP) para los clientes que no pudieron adquirirlo antes de esa fecha.
“¡A bañarse con agüita fría!”, comentó una usuaria de Facebook al post subido por Leonides Hidalgo. “Y a tomar agua sin hervir”, respondía otra. Por su parte, un usuario lo llevaba al terreno del choteo expresando irónicamente: “Menos mal que no hay comida”.
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