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Campesinos cubanos denunciaron la pérdida de sus cosechas de ciclo corto debido a que la empresa estatal Acopio, encargada de su recolección y traslado a los mercados, no lo hace ni tampoco permite que los productores las transporten y comercialicen por sus medios, una realidad absurda que empeora aún más la crisis alimentaria que padece el pueblo.
"Los agricultores en Pinar del Río, así como en el resto del país, están en crisis ante esta situación, y sin alternativas", dijo a Martí Noticias Esteban Ajete Abascal, líder de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba.
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"Estas personas tienen un grupo de producciones como tomates, cebollas, col y otras verduras, que prácticamente se están perdiendo en el campo porque no las transporta el Estado", añadió.
Relató Ajete Abascal que días atrás en Pinar del Río, un campesino salió con un camión de cebollas para intentar venderlas y lo detuvieron en el punto de control situado a la salida de San Diego de Baños, en el municipio Los Palacios, y el jefe del sector le decomisó toda la carga.
"Cada vez que intentan salir, los interceptan y le quitan la mercancía", recalcó.
Esta denuncia fue ratificada por Daniel Alfaro, un usufructuario de San Antonio de los Baños, en Artemisa, quien habló de toneladas de tomates que se echan a perder en los surcos por la ineficiencia del Estado, que tampoco autoriza a los privados a comprar el producto.
"Acopio no tiene combustible para recogerle a los campesinos las producciones que contrataron, y los carretilleros que se acercan al campo para comprar algunas de las producciones a los guajiros, para llevarlas al pueblo, están siendo multados hasta con 5,000 pesos en este momento, que es cuando más problemas tenemos con la alimentación", subrayó Alfaro.
Esta situación ocurre también en Mayarí, Holguín, donde el experto agrícola Osmel Ramírez Álvarez denunció que cultivos como el maíz y el frijol se pasan de tiempo en el campos y por ello su valor disminuye, lo cual perjudica directamente a los agricultores.
"Acopio también tiene el problema de que, teniendo el monopolio de comercializar, no tiene la capacidad para acopiar los productos. Hay campesinos que han tenido las cosechas en el campo echadas a perder en espera de camiones que nunca llegaron. Realmente el pueblo sabe algo: son los particulares los que les llevan el alimento allí, en el barrio, cerca de la cuadra, y aunque sea un precio alto, está disponible", señaló.
En agosto, el diario Juventud Rebelde reportó la pérdida de una cosecha entera de mangos en Santiago de Cuba por la negligencia del Estado.
Según denunció Taimara Esparraguera, productora de Songo La Maya, al comenzar la temporada de recolección no había envases, pero la fruta se acopiaba en sacos, hasta que los mangos empezaron a podrirse sin que nadie fuera a llevárselos.
"Al final solo salen perjudicados los campesinos, porque nadie paga esos mangos que se pudrieron. Y se ha creado descontento en las bases productivas, porque estamos en tiempos difíciles y aún perdura el burocratismo", dijo la mujer.
"¿Por qué no se toman las medidas y se venden estas variedades en los MAE, que permanecen desabastecidos? Mientras tanto, la población compra los mangos a los revendedores a altos precios", agregó.
En esa provincia oriental más de 8.000 cajas de la fruta corrían el riesgo de perderse por fallos en la cadena productiva.
Mientras, "en los mercados de las cabeceras municipales y la provincial no se observa el producto en comparación con la presencia de la fruta en los campos", detalló el semanario Sierra Maestra.
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