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Guillermo Mediavilla Santos (Camagüey, 1946) Raro cubano que acostumbra a hablar con imágenes, sus respuestas están salpicadas de fotogramas; de educación exquisita, suele evitar las luces sobre su maestría y asume su condición de compañero de viaje del director, sin fogonazos, pero con una convicción estética que consigue poner luz al terror contado en Plantados.
Formado en el cine cubano, dejó su huella de claroscuros en El siglo de las luces, María Antonia y Papeles Secundarios. entre otros filmes, que jalonan una de las carreras más silentes, pero más sólidas de la cinematografía latinoamericana del siglo XX, y que obtuvo premios y el reconocimiento permanente de la crítica.
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La inactividad forzosa que conlleva ser exiliado cubano, primero en Europa y luego en Estados Unidos, donde el mundo de la creación, Hollywood incluido, solo tiene ojos para la pobreza fotogénica e ingeniosa de los cubanos víctimas del totalitarismo, fue un reposo fecundo para el creador que ha vuelto por la puerta grande con el aldabonazo de Plantados, una tragedia cubana que nadie había querido contar hasta ahora.
Plantados lo asumió como un reto de construir belleza en medio del horror, que resolvió con un discurso expresionista que -cuando pase la fiebre del estreno- esos espectadores que acuden al cine y la televisión para aprender, descubrirán el magisterio de un hombre parco, que solo se vuelve elocuente construyendo escenografías para recrear la vida de un chulo famoso, el universo carpenteriano o la rebelde María Antonia.
Mediavilla se ha pasado media vida esquivando la luz pública porque -hace tiempo- descubrió que las buenas películas son como la vida misma, llena de luminosidad, oscuridad y momentos tenues; materia imprescindible para conformar su mirada transversal y desprejuiciada, como solo sabe mirar el talento.
Plantados es tu primera película como Director de Arte, desde que te exiliaste. ¿Cómo llegaste a ella y cómo fue el trabajo de construcción de su discurso estético?
Correcto, esta es mi primera película como Director de Arte en el exilio. Llegué a Plantados por recomendación del actor Gilberto Reyes al director de la película, Lilo Vilaplana, ya que este último y yo no nos conocíamos profesionalmente. Después de múltiples entrevistas con los ex presos políticos (plantados) y de conformar los requerimientos escénicos que había que abordar en el film, era de imperiosa necesidad contribuir con cada uno de los escenarios a todo el ambiente sórdido en que habían vivido tantos años estos hombres.
Fue un reto para mí y el director de fotografía lograr con nuestro trabajo un resultado lleno de sorpresivas luces y sombras y pienso que esto le da un carácter muy expresionista a la imagen de la película. En mi carrera como escenógrafo siempre tuve el deseo o los deseos de llegar a trabajar en una película como Plantados, que no solo fuera un hecho artístico valioso sino lograr una obra de arte con un inmenso compromiso moral y estético.
¿Puede haber belleza en la violencia?
No, no hay belleza en las manifestaciones de violencia. Ahora, el concepto de mostrar una imagen violenta puede estar rodeada por muchos factores visuales que pueden facturar con belleza el hecho que se muestra.
¿Ha cambiado mucho el cine por dentro, desde tus comienzos habaneros hasta ahora?
Sí, ha cambiado en muchos aspectos. Lo primero, que hoy se graba, no se filma. Cambió la industria y todo se va conformando de otra manera.
Los neofitos solemos afirmar que la escena final de Centauros del desierto es una joya de sus directores de arte, Basevi y Hotaling. ¿Coincides con esa apreciación; cuáles son tus películas favoritas en tu especialidad?
De acuerdo con Centauros del desierto. En general, La Quimera del Oro, 12 Hombres en pugna, Blade Runner (Ridley Scott), Michima, Do des Kaden, Choose me, El Padrino y 1917.
¿Qué recuerdos conservas de tu reconocido trabajo en el cine que hiciste en Cuba?
En Cuba pude iniciar el aprendizaje de mi oficio, mi formación como escenógrafo la debo al aula de nuestro maestro Dimitriv Kadrnozka, artista sabio y de talento que supo conducirnos en la razón y en la filosofía de esta especialidad.
Conservo gratos recuerdos de El Siglo de las Luces (Humberto Solás) y resultados de escenarios para Papeles Secundarios, María Antonia y Gallego.
¿Cuándo te exiliaste y por qué?
Decidimos salir de Cuba en 1991, terminando El Siglo de las Luces, por donde pudimos encontrar la mejor y más segura salida, España. Exilio y anticomunista, que dos razones tan decisivas...
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