El científico y activista cubano Oscar Casanella demandó al gobierno que acepte ser parte del Fondo de Acceso Global para Vacunas contra el COVID-19, (COVAX, por sus siglas en inglés), creado para que los países de pocos recursos económicos puedan inmunizar a sus ciudadanos.
Casanella, bioquímico de profesión, reclamó al Partido Comunista echar a un lado lo que llamó "el marketing ideológico y biotecnológico de sus candidatos vacunales", en una publicación en su muro de Facebook.
"Prioricen la salud del pueblo", afirmó.
Recientemente el miembro del Movimiento San Isidro criticó al régimen castrista por transmitir a la población una falsa sensación de seguridad respecto a los candidatos vacunales cubanos contra el coronavirus, los cuales aún no se han aprobado.
"Muchas veces los medios oficialistas cubanos dan la idea de que ya se está realizando una campaña de vacunación, y esto crea una percepción, que es falsa, de protección", dijo Casanella a Cubanet.
"Es muy peligroso lo que está haciendo el régimen cubano de dar una falsa imagen de seguridad (…) en el sentido de su valor protector", añadió.
Con Casanella coincide el científico cubano Eduardo López-Collazo, único extranjero al frente de un centro de investigación en España, quien aseguró a esta redacción que Cuba juega a la ruleta rusa al rechazar ser incluida en el Fondo COVAX.
"Amén de toda ideología, yo no lo hubiese aconsejado", subrayó.
Cuba es el único país de América Latina que no ha empezado aún a vacunar a sus ciudadanos contra el COVID-19, según reveló en marzo el sitio web Our World in Data.
El Gobierno cubano ha apostado por la producción de sus propias vacunas para frenar la pandemia, a pesar de que cada día aumenta el número de casos nuevos y de fallecidos por la enfermedad.
Mientras la Isla sigue a la espera de una vacuna que le permita inmunizar a su población y a la vez obtener ganancias mediante su exportación, otros 190 países están inscritos en el programa COVAX, diseñado por la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea para garantizar una distribución equitativa de las diversas vacunas creadas para combatir el coronavirus.
Casanella, quien fue profesor de la facultad de Biología de la Universidad de La Habana e investigador agregado del Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR), también ha criticado la falta de transparencia del régimen cubano acerca de la eficacia de los cinco candidatos vacunales que desarrollan sus centros de investigación.
"Yo no he visto un artículo que hable del número de eficacia ni con qué frecuencia están apareciendo los efectos adversos graves, y cuáles son estos efectos adversos graves", dijo.
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