General del Pino: Bombardeamos nuestras tropas en Girón por error de Fidel Castro

Fidel Castro se encontraba en el central azucarero Australia, a 52 kilómetros de la linea del frente de guerra.

General de Brigada (r) Rafael del Pino Díaz en un Mig 23 © Cortesía del entrevistado
General de Brigada (r) Rafael del Pino Díaz en un Mig 23 Foto © Cortesía del entrevistado

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Este artículo es de hace 3 años

El General de Brigada (r) Rafael del Pino Díaz (Pinar del Río, 1938) fue héroe de Playa Girón, neutralizando a la aviación enemiga que -hace 60 años- bombardeó tres aeropuertos militares cubanos y dio cobertura aérea al desembarco de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos.

En 1987 se fugó con parte de su familia a Estados Unidos, tripulando una avión Cessna, y hoy encabeza el Movimiento de Objetores de Conciencia que pide a militares que no repriman a los cubanos.


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Del Pino, que habla con igual destreza que cuando pilotaba, incluso desde su bautizo aéreo en el cielo de Playa Girón, cuenta para CiberCuba sus recuerdos de aquellos días, incluido un error de Fidel Castro Ruz, ordenando -pese a su desconocimiento del teatro de operaciones- un bombardeo que causó numerosas bajas a las tropas cubanas.

Alegoría 60 años de Girón / Ilustración: Cibercuba

La derrota de la Brigada 2506 en el sur de Matanzas, contribuyó a la mitificación y poderío de Castro, pero el general del Pino tiene claves de las postalitas de hace 60 años.

General, ¿qué recuerdos tiene de los bombardeos del 15 de abril de 1961?

Primero tengo que hablar de un encuentro que tuvimos con Fidel, un piloto de Sea Fury, Gustavo Bourzac y yo, unos días antes del bombardeo. Fidel fue a la base aérea de San Antonio para inspeccionar los armamentos soviéticos que estaban entrando por el Mariel y almacenados en la base aérea por sus cercanías a dicho puerto.

Bourzac me avisa que Fidel está allí y vamos a verlo. Estaba inspeccionando unos obuses de 122 mm y le preguntamos: comandante, ¿Y cuando llegan los Mig? Se viró para nosotros y pasándose la mano por la barbea nos dijo: Así que ustedes quieren Mig, mig, mig. ¡Miiilll…vacas es lo que voy a traer aquí, para que coman yerba entre las pistas porque todos ustedes, los pilotos, se creen mejor que nadie y han estado criticando nuestras relaciones con la URSS. Además, cuando suene aquí la primera bomba van a salir corriendo.

Yo no pude aguantar ese insulto y le respondí - ¡Usted está equivocado comandante, nosotros si vamos a despegar pase lo que pase! Entonces, uno de los guardaespaldas se me aproximó y Fidel lo detuvo. Creo que se dio cuenta que nos había insultado, se me acercó, me puso la mano en el hombro y me dijo en voz baja – No te molestes que yo lo hago para levantarles la moral.

Allí terminó todo y el día del bombardeo Bourzac y Alberto Fernádez lograron despegar, pero no pudieron interceptar los B-26. Carreras y yo corríamos para montarnos en el T-33 número 715, y uno de los B-26 de la Brigada 2506 lo destruyó con los cohetes. Después supe que había sido René García, uno de los viejos pilotos de la Fuerza Aérea que se había exiliado, muy buen piloto que era.

Cuando Fidel Castro llegó a la base en horas del mediodía para ver los daños causados y pasó junto a nosotros no pude aguantarme y le dije: - Se dio cuenta comandante lo que le dije el otro día – nosotros íbamos a despegar bajo cualquier ataque y Bourzac y Fernández lo hicieron. Me ignoró y siguió de largo haciendo preguntas.

El 18 de abril, por una orden errónea de Fidel Castro, la aviación cubana bombardeó tropas propias; ¿Cómo se produjo esa trágica circunstancia?

El problema fue que Fidel Castro no estaba en realidad dirigiendo los combates, se limitaba a dar órdenes que aseguraran esto o lo otro y, el día 18, se le ocurre mandar un batallón, el 113 de las milicias, por un camino dentro de la ciénaga para tratar de cortarle la retirada a las fuerzas de la Brigada 2506, que habían desembarcado y que se encontraban en Playa Larga.

Lo único que se nos informa es que, a partir de dos kilómetros después de donde veamos los impactos de nuestra artillería, podíamos atacar todo lo que viéramos.

Cuando llegamos a la zona, incluso dejamos más de dos kilómetros sin tocar, fueron aproximadamente cuatro kilómetros y descubrimos unos camiones con tropas que estaban por un caserío llamado Soplillar y los atacamos, creándole muchas bajas a nuestras propias tropas.

¿Considera usted que la invasión de Bahía de Cochinos reforzó el poder y el mito de Fidel Castro?

De eso se encargó el absoluto control de los medios de información. Fidel se encontraba en el central azucarero Australia, a 52 kilómetros de la linea del frente de guerra.

Todas esas fotos de Fidel tirándose de un tanque T-34 o montado en otro tanque SAU-100, disparando contra el buque Houston, que ya estaba hundido por nuestra aviación, es pura pantomima. Esas fueron fotos para las postalitas creadas por los fotógrafos del régimen.

Cuando eso sucede ya no había nadie en toda el área, los invasores se habían internado en la Ciénaga de Zapata. Hace 60 años que están tomándole el pelo a los cubanos. Desgraciadamente con esa distorsión de la historia han influenciado en las nuevas generaciones que no conocen la verdad de lo ocurrido.

Raúl Castro (izda.) y Rafael del Pino, en Holguín / Cortesía del entrevistado

¿Mantiene usted contactos con pilotos de la Brigada 2506?

Si, como no, yo fui muy amigo de René García y de Gustavo Ponzoa, ya fallecidos, y mantengo amistad también con Matías Farias.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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