La tienda “Variedades Siboney” reabrió sus puertas el miércoles en la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara, con mercancías en dólares o Moneda Libremente Convertible (MLC) para su venta a la población.
De ese modo, el Gobierno de la isla continúa extendiendo su red de establecimientos que operan en moneda extranjera, a la que solo tiene acceso una parte de los cubanos que reciben divisas a través de remesas familiares, mientras se reducen cada vez más las opciones para quienes no cuentan con ello.
Ubicado en el Boulevard de Santa Clara, se trata del principal centro comercial de esa provincia en el centro del país. La cadena de Tiendas Caribe, que administra el establecimiento, divulgó su apertura en redes sociales, anunciando que contaría con “un surtido amplio de las familias de alimentos, artículos de higiene personal y perfumería, productos químicos para el hogar y útiles”.
La publicación en Facebook despertó la indignación de varios usuarios, sobre todo por los altos contrastes entre el nivel de abastecimiento de tales mercados y aquellos que continúan vendiendo en moneda nacional. “Una pregunta. ¿El que no tenga MLC qué hace? ¿Dónde compra? ¿Dónde encuentra lo que necesita para comer? Ya es el colmo que todo lo estén vendiendo en una moneda que no es la que nos pagan. Hasta las confituras para los niños en MLC, es demasiado abuso con el pueblo”, lamentó una.
Ante la queja, la cadena de tiendas Caribe de Villa Clara le respondió lo siguiente: “Sabemos de las necesidades que tenemos todos, pero muchas veces se ha explicado el por qué tenemos, como país, que hacer esto. Gracias a lo que se ingresa en MLC, se puede mantener la canasta básica y otras muchas cosas que recibe el pueblo. Estamos conscientes que no es lo suficiente, pero CUBA es el único país del mundo que le garantiza a su pueblo lo mínimo indispensable”.
“Te has puesto a pensar que pasaría si cobráramos nuestros salarios en USD todos. Para que eso ocurriera, en primer lugar, tendríamos un sistema social diferente y la vida demuestra a diario que en aquellos países en que impera, las desigualdades son mayúsculas”, agregó la entidad gubernamental.
La misma usuaria le contestó: “Acaba de dar una respuesta igual que la de Ricardo Alarcón hace años atrás cuando explicó por qué todos los cubanos no podían viajar. ¿Me dice usted entonces que en nuestro país no existe desigualdad social y económica y entonces esto qué cosa es? Ay, por favor, acaben de darse cuenta el descontento tan pero tan grande que tiene el pueblo y sobre todo los trabajadores estatales esos que no reciben remesas ni tienen como inventar tres pesos más para poder comprar en sus tiendas”.
“Se han puesto a pensar el anciano que vive de una chequera cuándo podrá hacer una compra en esas tiendas, o la madre que no recibe remesas y vive del salario no podrá pagar el dólar en el mercado negro a 50 pesos o más porque si no con qué paga las otras necesidades básicas, por favor, eso sí es desigualdad. Sabe usted cuántos niños hay que no comen confituras hace meses ni podrán hacerlo mientras esto siga por este camino. Entiendo que la culpa no es de sus trabajadores pues al final pasan por las mismas carencias la gran mayoría. Por favor, no se empeñen en justificar lo injustificable que lo único que hacen es que aumente la decepción”, añadió.
“Una vez más se demuestra que solo se potencia en este país al que no trabaja, revende o vive de la familia en el exterior. Esos son los que están ahí comprando. Me alegra mucho que un sector d nuestro pueblo pueda comprar ahí, pero es injusto con los niños que sus padres no pueden. Cuando abran las escuelas y Juanita lleve galleticas y Pepito no. (…) ¿Qué dirá la UNICEF Cuba acerca del derecho de igualdad y de mismas oportunidades para todos los niños? En estas tiendas no hay equidad. Los obreros no podemos acceder y además es injusto porque somos los únicos que estamos al pie del cañón en empresas, hospitales y unidades que brindan servicio a la población”, expresó otra internauta.
A pesar de que las tiendas fueron anunciadas por el gobierno como una medida provisional e incluso calificadas por funcionarios como un “mal necesario”, la administración de Miguel Díaz-Canel ha continuado abriendo establecimientos de ese tipo a lo largo del país.
Durante el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), el exgobernante Raúl Castro aseguró que las tiendas en dólares se mantendrían el tiempo que tardara recuperar la economía cubana, y criticó a algunos cuadros de dirección por expresar su malestar ante “la supuesta desigualdad que emana de estas ventas”.
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