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El Gobierno cubano aseguró que las políticas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respecto de las relaciones de Washington con La Habana, no difieren de la agenda marcada por la administración anterior, a cargo de Donald Trump.
“Prioridades declaradas de EE.UU. en materia de DDHH, liderazgo en enfrentamiento a la COVID-19 y rectificación de las políticas atroces del gobierno anterior, contrastan con la evidente indiferencia e insensibilidad con que el gobierno de Biden aplica contra Cuba las políticas de Trump”, dijo en Twitter el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla.
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“No es contra Cuba, es contra los mafiosos que están en el poder, ustedes no están ahí por legitimidad, están por la fuerza”, respondió la activista Iliana Hernández.
“Tantos presidentes no pueden estar equivocados, Bruno Rodríguez, ustedes son una mafia que tiene sumido en la miseria al pueblo de Cuba y eso todo el mundo lo ve”, comentó otro.
En enero del presente año, recién juramentado Biden como presidente de Estados Unidos, la periodista oficialista Cristina Escobar hizo las primeras peticiones en nombre del Gobierno cubano en un comentario suyo en el Noticiero de la Televisión Cubana.
Según Escobar, Biden debía en sus primeros meses en el cargo "suspender la aplicación del título III de la Ley Helms Burton" y trabajar para levantar el embargo, que es "ilegal e impide que Cuba se desempeñe en el comercio mundial como un país normal, con un costo elevadísimo para la familia cubana".
Asimismo, expresó su desacuerdo con que el gobierno cubano diera el primer paso en el acercamiento con Estados Unidos y hacer "cambios al estilo americano para que Biden vea y haga", porque "no es el primer día de Cuba con un presidente estadounidense innovando para acabar con la revolución cubana".
Sin embargo, a pesar de que el gobierno cubano estuvo pendiente de los resultados de las elecciones de EE.UU. en noviembre de 2020, quizás esperando un cambio en la naturaleza de las relaciones bilaterales, la administración actual de Washington ha insistido en que el tema Cuba no constituye una prioridad dentro de su agenda política.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, el gobierno de Biden está comprometido, no obstante, a revisar la decisión tomada por Donald Trump de incluir a la isla en el listado de países patrocinadores del terrorismo.
En otro momento, Psaki, aseguró que la política de Estados Unidos hacia La Habana se regiría por dos principios fundamentales: el apoyo a la democracia y los derechos humanos, así como la creencia de que los estadounidenses, especialmente los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad y prosperidad para la nación caribeña.
Por otra parte, Juan González, asesor del presidente norteamericano y director principal para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, afirmó en abril que Biden no retomaría la política de Obama hacia Cuba.
“Quienes piensan que EE.UU. va a entrar en estos momentos con un diálogo de varios años con Cuba, yo creo que no entiende el momento político y la situación que estamos viviendo y el desorden que heredamos de la Administración previa”, explicó González.
Biden fue vicepresidente del país durante la administración de Barack Obama, y acompañó al exmandatario durante la breve etapa que se conoció como el “deshielo” de las relaciones entre Washington y La Habana, favoreciendo incluso las visitas de ciudadanos estadounidenses a la isla.
En su campaña presidencial, Biden prometió revertir algunas de las más de 200 medidas tomadas por Donald Trump para endurecer el embargo comercial a Cuba, implementado desde 1962, asegurando que las mismas "han infligido daño al pueblo cubano y no ha hecho nada para promover la democracia y los derechos humanos".
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