La directora ejecutiva de la ONG Archivo Cuba, María Werlau, celebró la creciente preocupación de organizaciones internacionales sobre las brigadas médicas cubanas y advirtió que aun faltan acciones concretas para detener prácticas esclavistas del gobierno de Cuba contra su personal de salud.
Las declaraciones tuvieron lugar durante la emisión de este jueves de Las mañanas de CiberCuba bajo el tema ¿Crece la preocupación internacional sobre las brigadas cubanas?
Recientemente el Parlamento Europeo aprobó una histórica resolución que condena la situación política y de Derechos Humanos en Cuba. Con un resultado de 386 votos a favor, 236 en contra y 59 abstenciones, el organismo regional reconoció que el gobierno de la isla impone sobre sus trabajadores estatales en el extranjero, “deberes y obligaciones injustificados que violan la dignidad humana y los derechos humanos más básicos y fundamentales".
Al pronunciamiento de Europa le antecede un informe de Naciones Unidas firmado por Urmila Bhoola, Relatora Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias, y Maria Grazia Giammarinaro, Relatora Especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños.
El documento, fechado el 6 de noviembre de 2019, advierte que las misiones internacionales de los médicos cubanos podrían ser calificadas por la Organización de Naciones Unidas como “trabajo forzoso”.
Werlau, quien por más de una década ha documentado las violaciones de derechos humanos del gobierno cubano contra sus sanitarios, enumeró algunas de las iniciativas en diversas latitudes para crear conciencia sobre lo que considera tráfico humano a través de la venta de servicios médicos en el exterior.
“Una resolución en Estados Unidos, un proyecto de ley en Estados Unidos para condenar el tráfico de personas de las brigadas médicas, un informe del Departamento de Estado...para que denominaran el trabajo forzado como explotación laboral y tráfico de personas”, dijo en relación con los esfuerzos desplegados para denunciar al régimen cubano.
Hay que destacar que en 2020 el entonces secretario de Estado de la Administración Trump, Mike Pompeo, exigió cuentas a la Organización Panamericana de la Salud por el envío de médicos cubanos a Brasil y la acusó de "facilitar el trabajo forzado".
La investigadora incluyó además los procesos judiciales en Brasil y Curasao, donde “se ganaron varios casos de médicos cubanos que trajeron a las cortes, con denuncias de no poderse casar, de no poder trabajar independientemente y demás”, así como denuncias por parte de “congresistas, periodistas…y las asociaciones médicas de Brasil”, precisó.
Lo anterior contribuyó a crear conciencia sobre la situación de violaciones de derechos humanos en las brigadas médicas cubanas internacionales, siendo los abandonos masivos de miembros de las brigadas lo que, a juicio de la directora de Archivo Cuba, influyó mayormente.
“Este tema salió así, a la luz pública, porque había miles de deserciones en Venezuela, especialmente hacia Colombia. Habían llegado miles a Estados Unidos amparados por el programa de visas”, precisó Werlau en referencia al Cuban Professional Medical Parole que dio resguardo a más de 6 mil médicos en sus últimos cinco años de existencia, antes de ser derogado en 2017.
“Algo que yo considero muy importante fue el surgimiento del grupo No Somos Desertores que hizo que los médicos perdieran el miedo al dar sus testimonios”, aseguró Werlau, que mencionó los obstáculos que anteriormente encontraba para documentar casos de abusos por el temor que sentían las víctimas a las represalias del régimen de La Habana.
“Se han hecho muchas gestiones a través de los años que han empezado a germinar desde el punto de vista de la retórica, más que desde el punto de vista de la acción”, dijo, y consideró que la permanencia de brigadas médicas cubanas en más de 60 países, a pesar de las múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos, es un indicio de cuánto falta por hacer en la práctica para detener el patrón de tráfico y explotación.
Consciente de la enorme maquinaria propagandística y de recursos desplegados por el régimen de La Habana para crear estados de opinión y ganar el favor de influyentes actores internacionales, Werlau advirtió que “se celebran los logros, pero hay que tener una idea bien clara de qué es lo que estamos enfrentando”.
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