Régimen cambia actitud sobre corredor humanitario tras presión de protestas en Cuba

La aprobación del corredor humanitario llega después de días llamando mercenarios a quienes pedían importar libremente medicinas y alimentos a Cuba.


Este artículo es de hace 3 años

Después de muchos días de reclamos a las autoridades para que permitieran la libre importación de recursos de primera necesidad y de las jornadas de protestas en más de 60 localidades del país, el régimen cubano cambió su actitud sobre la apertura de un corredor humanitario en la Isla.

“Tuvo que salir la gente a la calle, poner muertos, mostrar músculo, para que ellos hicieran esta mínima concesión. Porque a la larga, lo que han demostrado siempre, es que reaccionan a la presión. Solo a eso”, argumenta sobre esta medida el periodista independiente José Raúl Gallego.


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Gallego consideró además que las autoridades cubanas “no entienden de diálogo, de peticiones, de solicitudes de personas que les son cercanas ideológicamente. No. Solo ceden a la presión”.

Igual aclaró que la aprobación del corredor humanitario llega “después de días llamando mercenarios a quienes pedían importar libremente medicinas y alimentos a Cuba, después de que una periodista oficialista dijera que le "daba risa" esta solicitud que estaba ideada para abastecer negocios particulares”.

También reconoce que la libre importación de alimentos, medicinas y productos de aseo sin pago arancelario ni límites, anunciada la víspera por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, es una mínima concesión para bajarle calor a todo lo que está sucediendo en la Isla.

“Ahora el régimen cubano se baja con esta chambelona para bobos para tratar de disminuir la temperatura a lo que está pasando en Cuba”, apuntó en su perfil de Facebook.

Gallego expuso que “la gente en las calles no solo pedía comida y medicinas, pedía Libertad, además de que “una parte importante de la gente que salió a la calle no tiene a nadie que le lleve alimentos ni medicinas desde el exterior”.

Argumentó también que “una parte importante de los cubanos en el exterior, aunque vamos a seguir haciendo esfuerzos para mandar medicinas, incluso a personas que no conocemos, estamos conscientes de que la solución a los problemas de Cuba no es entrar un gusano de 30 kilos”.

La solución, concluyó, “es que ustedes salgan del poder e instaurar en Cuba un sistema democrático. No queremos migajas. Queremos nuestro país”.

Según el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el gobierno cubano autorizará a partir del lunes y hasta el 31 de diciembre la libre importación de alimentos, medicinas y productos de aseo sin pago arancelario ni límites.

La medida se adopta apenas tres días después del estallido multitudinario nacional del 11J como una salida emergente del régimen cubano para tratar de aplacar los incesantes reclamos de la población ante la crisis de abastecimientos y la inconformidad extendida en el país.

Durante varios días atrás, grupos de activistas fuera de la Isla presionaban desde las redes sociales para que se creara un corredor humanitario y se abriera la posibilidad de importar insumos para paliar la escasez de medicinas y alimentos en el país, sobre todo después de conocerse el colapso epidemiológico de la provincia de Matanzas.

Pero esa propuesta fue rechazada hasta el mismo día del estallido de las protestas.

El 11 de julio se daba a conocer el rechazo de la creación de un corredor humanitario por parte del gobierno, a través de las declaraciones de Ernesto Soberón Guzmán, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien dijo que “existe una campaña que pretende dar la imagen de un caos sanitario que no se corresponde con la situación nacional.

Soberón argumentó esa vez que no se aceptaba porque ese término se asocia a zonas en conflicto y negó que eso estuviera ocurriendo en la isla, en medio de la peor ola de contagios de coronavirus de los últimos meses.

También el 9 de julio, voceros de la prensa oficialista arremetían contra la iniciativa humanitaria de ayuda a la provincia de Matanzas en un programa de Radio Rebelde, calificándola de una “vía para la intervención militar”.

Bárbara Betancourt, directora de Política informativa del Instituto Cubano de Radio y Televisión, llegó a decir que ante el "discurso humanitario no puedo más que reírme", y que el corredor humanitario sería "para hacer negocio", pues según ella muchas personas están pidiendo autorizar la entrada como ayuda de productos de aseo para revenderlos.

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