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Seguridad del Estado recrudece el cerco policial a activista cubana Carolina Barrero

La vigilancia a la joven historiadora del arte se intensificó aparentemente a raíz del paseo que días atrás, aprovechando un descuido de los represores, la llevó hasta casa de sus amigas Camila Lobón y Katherine Bisquet, quienes también se encontraban bajo asedio policial.

Represores vigilando día y noche el domicilio de Carolina Barrero © Facebook / Carolina Barrero
Represores vigilando día y noche el domicilio de Carolina Barrero Foto © Facebook / Carolina Barrero

Este artículo es de hace 2 años

La activista cubana Carolina Barrero denunció el recrudecimiento del cerco policial que mantiene la Seguridad del Estado cubana en torno a su domicilio, impidiendo durante más de 120 días su libertad de movimientos.

“Desde hace una semana el cerco policial que me mantiene presa en casa se ha recrudecido. Ahora para subir a mi casa hay que enseñar el carnet en la puerta. Los agentes le hacen una foto, consultan y esperan la orden de ‘se aprueba’ o no”, refirió este lunes Carolina en una publicación de Facebook.

La vigilancia a la joven historiadora del arte se intensificó aparentemente a raíz del paseo que días atrás, aprovechando un descuido de los represores, la llevó hasta casa de sus amigas Camila Lobón y Katherine Bisquet, quienes también se encontraban bajo asedio policial, y donde permaneció unos días soportando todas la presión de la Seguridad del Estado.

Ahora, según denunció Carolina, en su temor de que algo parecido vuelva a suceder, los represores han llegado al punto de chequear a los amigos que la visitan en su casa, y de castigarlos con cortes de internet y telefonía móvil por manifestar su solidaridad con la activista.

“A los que permiten entrar, se les castiga con cortes de Internet y de telefonía móvil. Así ha sucedido con Alfredo Martínez, Carolina Sansón y Leo Fernández Otaño, quienes, a pesar de todo, han mantenido su solidaridad”, indicó la joven.

“La seguridad del Estado insiste en aislarme, como si fuera una criminal extremadamente peligrosa”, protestó Carolina. “Por más de 120 días, en lo que va de año, han mantenido un cerco ilegal que me mantiene prisionera en casa y que interviene sobre cada uno de los aspectos de mi vida: los amigos, la familia, la soledad, la comunicación”.

Sin datos móviles en su teléfono desde las protestas del 11J, la activista denunció otras ‘anomalías’ que le vienen sucediendo a pesar de encontrarse vigilada día y noche, como la desaparición de su laptop personal “sin que la policía y los servicios de inteligencia tengan nada que aportar para resolver esa desaparición”.

“Parece que los delitos verdaderos no interesan, persiguen al libre pensador no al ladrón. Prefieren ir contra la ley y pasar de policía a malhechor con tal de someter la libertad de expresión y manifestación; crimen mayor contra el que disculpan sus diligencias”, señaló la joven intelectual.

No hay nada que justifique 120 días de prisión domiciliaria, secuestros, registros sin orden judicial, múltiples interrogatorios, amenazas, golpes y falsas acusaciones, afirmó Carolina, quien ha sufrido todas estas prácticas con la impunidad que confiere a los represores cometerlas como parte del terrorismo de Estado que impera en Cuba, gracias al régimen totalitario que encabeza el ilegítimo gobernante Miguel Díaz-Canel, “continuador” del estilo castrista de poder.

“Queremos un estado de derecho y justicia social que reconozca la pluralidad de la sociedad. Queremos juicios justos para los presos, con acceso a una defensa en la que se puedan presentar pruebas, testigos, argumentaciones, con un jurado y un juez imparcial que no responda a la ideología de ningún partido sino al imperativo sin ideología de la Justicia”, pidió Carolina.

“Las amenazas de pasar más tiempo en prisión, sea en la prisión de mi casa o tras las rejas, no van a dar con mi silencio. El derecho a la libre movilidad (artículo 52 de la Constitución), los datos móviles, las pertenencias incautadas y las desaparecidas, no son moneda de cambio de nada. Son mi derecho y mi propiedad, y es la seguridad del Estado y sus agentes, quienes vulneran varios artículos del código penal al retenerlas”, concluyó la joven que acompañó su denuncia con fotografías de los represores que asedian su domicilio.

A finales de agosto, la activista -quien también posee la nacionalidad española- denunció chantajes de los agentes de la Seguridad del Estado para devolverle la libre movilidad. Ahora "quieren usar lo que son nuestros derechos como moneda de cambio. Quieren comprar nuestro silencio y nuestra “tranquilidad” con darnos de vuelta la libre movilidad", subrayó.

Vinculada al 27N y cercana a los activistas del Movimiento San Isidro, Carolina compartió a finales de julio un mensaje del rapero Maykel Osorbo, con quien sostuvo una conversación desde la prisión conocida como Kilo 5 y medio.

“Si quieren mantenerme en prisión no importa. Yo estoy bien, quiero que le digas a los demás que estoy bien. Que vamos a ganar, que ya hemos ganado”, dijo Osorbo a Carolina; un mensaje que compartió a través de sus redes sociales.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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