Adermis Wilson González, el hombre que cumplió una condena de 20 años tras protagonizar un espectacular secuestro aéreo desde Cuba en 2003, consiguió finalmente sentirse libre en Estados Unidos.
Wilson, de 52 años y postrado en una silla de ruedas, fue liberado en la tarde del jueves del centro de detención de Stewart, Georgia, donde permaneció bajo custodia del Departamento de Inmigración y Control de Fronteras (ICE) por casi cinco meses.
"Por primera vez desde que nací soy una persona libre, porque en Cuba nunca tuve libertad", dijo Wilson este viernes en conversación telefónica con CiberCuba. "Quiero mandar un saludo a todos mis compatriotas en Estados Unidos y en Cuba, a todos los que han experimentado la terrible tortura de vivir sin derechos en su país, y han sufrido la separación familiar".
Wilson deberá reportarse en los próximos 30 días a una oficina de ICE en Houston, donde va a residir con su familia.
"Estoy en la absoluta disposición de acogerme a los reglamentos de este país", agregó. "No tengo nada que reprocharle al gobierno de Estados Unidos, porque no creo que fue injusto al sancionarme. Cometí un delito, me condenaron por violar las leyes y he cumplido mi sanción hasta el último día con respeto por este país", declaró Wilson tras la salida del centro en Georgia.
Agregó que quiere integrarse y aportar a la sociedad estadounidense, siempre con el futuro de Cuba como prioridad. Durante su permanencia en la cárcel estudió inglés, se graduó como ingeniero civil por la Universidad de Pensilvania en 2013 y luego realizó una maestría en Logística por la Universidad de Carolina del Norte.
"No me quiero morir sin antes hacer algo positivo por mi patria", confesó Wilson. "Tengo planes de ayudar a la gente en Isla de la Juventud, y espero poder concretarlos en algún proyecto próximamente".
La liberación de Wilson se produjo por razones humanitarias en medio de un proceso de deportación que enfrentaba el detenido luego de expirar su sentencia por piratería aérea, el pasado 29 de abril. Es la primera vez que está fuera de una prisión desde su llegada a territorio estadounidense, el 1 de abril de 2003.
En proceso de deportación
Al cumplir la condena en una cárcel federal de Carolina del Sur, Wilson fue traslado al centro de detención de ICE para iniciarle el proceso de deportación a Cuba y se encontraba desde entonces en una batalla legal para impedir su retorno.
Una audiencia ante un tribunal de inmigración estaba fijada para el jueves 22 de septiembre, pero fue pospuesta.
La única opción legal de Wilson para no ser repatriado a Cuba era recibir protección bajo la Convención contra la Tortura (CAT), que beneficia a personas en riesgo de ser devueltas al país que las reclama. La opción de asilo político está descartada para los convictos por el delito de piratería aérea.
Pero también podía ser excarcelado por razones humanitarias, debido a sus condiciones extremas de salud, y bajo la consideración de las autoridades federales de que el individuo no representa un peligro para la comunidad.
La organización Freedom for Immigrants envió este mes una petición de emergencia para considerar la liberación de Wilson y garantizarle de inmediato adecuada atención médica y mejor alimentación en el centro de detención.
Wilson sufre de una parálisis de sus piernas desde 2017. Padece, además, de hipertensión y problemas cardíacos.
"Adermis no es ni puede representar una amenaza para ninguna comunidad", dijo la abogada de inmigración Linda Walker, quien participó en la defensa del caso.
"Es un hombre con suficiente preparación, que cumplió por su delito y se encuentra discapacitado, y lo más justo es dejarlo en libertad para reunirse con sus familiares".
El ICE en el distrito de Georgia no respondió a una solicitud de CiberCuba para explicar los detalles de la liberación. En el registro online de la agencia Wilson no figura ya como persona bajo custodia.
Su sobrino Jorge Despaigne se trasladó por carretera desde Houston, Texas, hasta el estado de Georgia para recoger a Wilson y reunirlo con la familia.
"Estamos todos muy contentos y emocionados por su liberación... Es un día que hemos esperado por mucho tiempo", dijo a CiberCuba Yolaine Wilson, hermana de Adermis.
Acogida familiar
Yolaine dijo que la familia se mudó recientemente a una vivienda más amplia en Houston para asegurarse que Wilson tenga suficientes comodidades para su estancia allí.
La madre de Wilson, Melkis González, de 83 años, reside en La Habana y ya conoce la noticia del hijo. Desde 2006, González viajó en varias oportunidades a Estados Unidos para visitar a su hijo en prisión, pero el pasado año se le venció su visa de entradas múltiples y no ha podido renovarla en medio de las limitaciones de la pandemia.
"Sueño con que mi madre pueda abrazar a Adermis en libertad por primera vez", dijo Yolaine.
Adermis Wilson González, por entonces un técnico de construcción civil en Isla de la Juventud, marcó un singular capítulo en la abultada historia de secuestros aéreos desde Cuba a Estados Unidos, cuando desvió un vuelo comercial de Cubana de Aviación de la ruta Nueva Gerona-La Habana, la noche del 31 de marzo de 2003.
Con dos granadas en mano, Wilson ordenó al piloto de un Antonov-24, con 46 personas a bordo, que se dirigiera a Miami. Pero la aeronave no disponía de combustible suficiente para llegar a Estados Unidos, por lo que se vio obligada a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto internacional "José Martí"; de La Habana.
Con el avión recargando combustible, Wilson se vio involucrado en una prolongada negociación por 14 horas, con intervención directa de Fidel Castro y del entonces jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, James Cason.
El avión pudo despegar finalmente con destino a Estados Unidos y aterrizó al mediodía del 1 de abril en Key West. Tras bajar la escalerilla con un menor en sus brazos, Wilson fue arrestado.
Wilson ejecutó el secuestro en compañía de su esposa y un hijo menor, de tres años, de ella. Tras la detención y el interrogatorio de las autoridades estadounidenses se comprobó que las dos granadas usadas para la fuga eran falsas.
Cuatro meses después del incidente, un tribunal federal lo halló culpable de piratería aérea y lo condenó a 20 años de cárcel.
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