El economista Pedro Monreal ha vuelto a apuntar a las estadísticas de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) para revelar, este vez, la severa crisis de la ganadería cubana.
Según muestran las cifras oficiales, la masa ganadera vacuna ha decrecido de manera sostenida en los últimos 35 años, con la excepción del periodo 2006-2014.
Entre ese año y septiembre de 2021, sin embargo se redujo 10,2%.
Si en 1985 Cuba tenía 5 019 500 reses, en septiembre de 2021 sólo quedan 3 712 300. Se han perdido 1 307 200, equivalente a la cuarta parte del rebaño bovino. De seguir a ese ritmo, muy pronto Cuba consumará la "hazaña" de conseguir la mitad de las vacas que tenía en 1967: 7,2 millones de cabezas.
Monreal explicó en mayo que, pese a las resoluciones sobre la carne vacuna y la leche, entre las que se encuentra el Acuerdo 35 del Consejo de Ministros y la Resolución 137 del Ministerio de Agricultura, estas siguen teniendo "una concepción de precio que continúa 'trabando' el funcionamiento del mercado".
La propia prensa oficialista cubana ha reconocido la tremenda crisis de la ganadería nacional, que impacta tanto la producción de lácteos como la carne de res, producto de lujo actualmente en la isla.
En abril de este año, el gobierno cubano autorizó la venta de carne de res a ganaderos en plan de urgencia para producir alimentos. También permitió el autoconsumo de carne bovina por parte de los productores, siempre que lograsen cumplir sus compromisos con el Estado.
Durante varias décadas los agricultores y ganaderos solo han podido venderle a la empresa estatal de Acopio a precios fijados por el Estado, lo que ha generado fuertes insatisfacciones por retrasos en los pagos o incumplimientos de la recogida por parte de la entidad.
Sin embargo, esas nuevas medidas, destinadas a estimular a los ganaderos, no parecen haber dado resultados. Reportajes publicados recientemente de la prensa oficial han retratado el fracaso de la estrategia gubernamental. Incumplimientos mayúsculos del plan, falta de créditos, problemas en los pagos... son algunos de los problemas del campo cubano, mientras la inflación golpea el precio de los alimentos.
Según las opiniones recurrentes de productores y ganaderos, los problemas burocráticos y habituales atrasos en los pagos son la causa fundamental de que los ganaderos cubanos se sientan desestimulados.
También se esgrimen habitualmente la sequía, la falta de pienso y de fármacos para atender a los animales como explicaciones para justificar la baja cantidad de cabezas de res.
En septiembre, el gobierno cubano anunció que abrirá el campo a la inversión extranjera.
Argentina, por ejemplo, prevé desarrollar en Cuba proyectos para sembrar granos como el maíz, soja y frijol, así como la ganadería y otras industrias agropecuarias a partir de la explotación de tierras sin aprovechar en la isla.
Tras la visita a la isla del secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina, Jorge Neme, el país sudamericano se manifestó interesado en exportar tecnología y preparar al personal cubano en esos procesos, que pudieran incluir pagos por renta de tierra.
Los altos precios de los alimentos y el habitual desabastecimiento han sido motivo de descontento popular durante muchos años en Cuba. La situación se ha agravado en el último año a consecuencia de la pandemia del coronavirus y la falta de liquidez del gobierno.
En la actualidad, Cuba importa más del 80 % de los víveres que consume, lo cual representa un gasto anual de 2 000 millones de dólares.
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