Con una inflación actual del 6,900 por ciento en el mercado informal o mercado negro -donde la mayoría de los cubanos acuden a comprar productos de primera necesidad-, el gobierno de Cuba prometió este viernes que acabará con la inflación en el próximo año 2022.
“No es fácil, pero no imposible, está en nuestras manos y lo lograremos”, afirmó convencido Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación y vice primer ministro del gobierno de Cuba durante el III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Calificada como “medular, reflexiva y autocrítica” por el primer secretario del Comité Central del PCC, Miguel Díaz-Canel, la intervención de Gil Fernández analizó el incremento de precios que experimenta el país y las formas de revertir estas tendencias en la economía.
“Estamos en condiciones de enfrentar el proceso inflacionario y en 2022 avanzar gradualmente en su eliminación”, afirmó el ministro, señalando que la inflación “no es un ‘problema cubano, es un fenómeno global”.
El hecho de que Cuba tenga una “economía abierta”, según Gil Fernández, insertada en esa dinámica inflacionaria global y agravada su situación por “un bloqueo recrudecido y criminal”, ha provocado un escenario “de inflación de costo e inflación de demanda”, al que denominó de “tormenta perfecta”.
Sin embargo, según Cubadebate, el titular de economía defendió que la inflación en Cuba no es culpa del gobierno, ni de sus políticas, sino del “bloqueo”, la COVID-19 o el “incremento exorbitante de los precios de las importaciones y de los fletes”
“Esa es la realidad y nada de eso ha tenido que ver con la Tarea Ordenamiento”, aseguró Gil Fernández. “Debido a la agudización del bloqueo, al enfrentamiento a la COVID-19 y a la crisis económica internacional a la que esta ha conllevado, esto iba a suceder con o sin Tarea Ordenamiento. Todos estos elementos estarían presentes de cualquier manera. Eran inevitables”, añadió.
“La inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios en un período determinado de tiempo”, explicó el economista a los miembros del Comité Central del PCC, como si estos fuesen analfabetos en la materia, o viviesen con todas sus necesidades resueltas y no tuviesen que lidiar con la escasez, el desabastecimiento y la carestía de la canasta básica de bienes y servicios
Según Gil Fernández “en Cuba tenemos inflación, sin embargo, no tenemos un incremento generalizado de los precios” porque no han subido los precios de la electricidad, las tarifas de CUPET, ni el precio del gas. “Tampoco se han elevado los precios de las telecomunicaciones ni de la canasta familiar normada. Y no hablemos de los servicios de Salud, Educación y otros que fueron, son y seguirán siendo gratuitos”.
Además, “se mantienen topados precios estatales, por lo que tienen una inflación igual a cero”. Todo ello llevó al ministro a afirmar que en Cuba “no hay un incremento generalizado de los precios”. Según Gil Fernández, “lo que estamos viviendo es un incremento irracional de un grupo de precios por indisciplinas, motivaciones y factores que tenemos que enfrentar y corregir”.
No es culpa del gobierno esa anomalía, sino de “personas inescrupulosas, personas que intentan hacerse ricas a costa de las necesidades del pueblo”. Según Gil Fernández, el país no tiene una inflación del 6,900 por ciento (una campaña difamatoria al parecer lanzada por el jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, Marino Murillo) en el mercado negro o informal.
La inflación en la isla en 2021 cerrará por encima del 70%, consideró. La llamada Tarea Ordenamiento fue responsable de una primera subida de la inflación, hasta un 44% en comparación con el mes de diciembre de 2020.
Se trató de un proceso lógico por la devaluación de la moneda, indicó el ministro, pero que estuvo acompañado por un incremento sustancial de los salarios en el sector estatal, las pensiones y las prestaciones de la asistencia social. No obstante, reconoció que la inflación anual quedó “por encima de lo diseñado en la Tarea Ordenamiento”.
“Esto afecta parte de la capacidad de compra del salario, a lo que se suman, para empeorar, el desabastecimiento, la especulación y el acaparamiento por parte de personas inescrupulosas”, denunció Gil Fernández en el Pleno del PCC.
La solución, advirtió, no vendrá por la vía de la subida de salarios o por topar los precios de todos los mercados, incluido el libre. No, al parecer la inflación en el socialismo se soluciona de otra manera: con “discusión política” y “más producción nacional”.
“¿Cuál es la solución que tenemos que dar? Es política, discusión política. Hay que discutir con los productores, con los intermediarios, y los otros actores que intervienen en la cadena de valor, convocando a la conciencia, a la solidaridad. Ese es el trabajo que corresponde a una sociedad socialista, que lo da todo a favor del pueblo”, desveló.
“Solucionar la inflación va por la vía del incremento de la oferta, que tiene a su vez dos caminos: o más importaciones (y no tenemos divisas para hacerlo) o más producción nacional. Más producción nacional es el camino”, subrayó Gil Fernández.
“Nada es improvisado, nada responde a una urgencia o a determinada presión, todo está en perfecta armonía con el modelo que, soberanamente, hemos diseñado los cubanos y que estamos enfocados en su construcción”, dijo el titular de economía cubano a finales de noviembre.
A falta de unos días para iniciar 2022, el ejecutivo de Díaz-Canel, incluyendo su ministro que “no improvisa”, llama “a la conciencia y a la solidaridad” como vía para acabar con una inflación que está acentuando la pobreza y la desigualdad social en una Cuba cuyos dirigentes se empeñan en querer reflotar su economía con los ingresos provenientes de una producción nacional que, tras décadas de artificios ideologizados, no ha llegado a satisfacer las necesidades más básicas de la población.
"Hay dos medidas que son indispensables acometer de inmediato: ir a una discusión política con todos los productores y comercializadores, y convencerlos de la necesidad de en las circunstancias actuales, renunciar a un determinado nivel de rentabilidad o ganancia particular o colectiva, en función de bajar precios y que la población tenga precios más asequibles", dijo Díaz-Canel durante el III Pleno del Comité Central del PCC. “Conciencia y solidaridad” son las claves de su ejecutivo para acabar con la inflación en 2022.
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