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La falta de tecnología y fertilizantes químicos en Cuba obligó a los campesinos de Sancti Spíritus a sembrar papa de manera experimental a través de un programa que pretende obtener 140 toneladas del tubérculo con métodos agroecológicos.
Pretenden sembrar las semillas de papa, procedentes de Holanda, en unas 10 hectáreas que atenderán 12 campesinos de todos los municipios, excepto en Trinidad, donde no se localizó ninguna zona donde llevar a cabo el cultivo, explicó en su portal web el periódico Escambray.
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Servando Martínez Hernández, funcionario de la Delegación Provincial de la Agricultura, explicó que la falta de maquinaria y fertilizantes químicos obliga a disminuir la producción, pero aumenta los beneficios medioambientales.
"Aspiramos a extenderlo poco a poco, de manera que pueda buscarse de esta forma un crecimiento en la producción de papa con vistas al autoabastecimiento local, objetivo que por la vía convencional se hace difícil para el país por lo costoso de los paquetes tecnológicos", dijo el especialista cubano.
En Sancti Spíritus llevan años sin cultivar la papa y, por tanto, el territorio es dependiente de las distribuciones nacionales del alimento, aunque no es un problema endémico de esa provincia, ya que otros territorios nacionales la consumen en escasas oportunidades.
Este experimento se aplicó en Matanzas y al parecer dio los resultados esperados, aunque la prensa oficialista no detalló los resultados de la puesta en marcha del experimento que pretende producir papa sin necesidad de tecnología y fertilizantes químicos.
Sin embargo, en noviembre el gobierno local de Matanzas y la prensa oficialista, aseguraron que como parte de la actual campaña pretendían sembrar unas 1,440 hectáreas, estimándose una producción de 17 toneladas por cada una de ellas.
Con la aplicación de la Tarea Ordenamiento, a principios de este año, el gobierno de Cuba triplicó el precio de la papa y su nuevo valor alcanzó los tres pesos cubanos por libra.
La impopular medida se aplicó en medio de la crisis económica que generó el coronavirus, agudizada por el embargo y las malas decisiones del gobierno comunista, lo que se tradujo en insatisfacciones en la población, que ven la papa como un alimento exclusivo para algunos e inalcanzable para muchos.
En mayo de este año una mujer denunció la venta de papas podridas a trabajadores del policlínico de Guanabacoa, en La Habana, quienes además debían recoger el alimento del suelo, según imágenes que divulgó en las redes sociales.
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