Cuba es el tercer país con menos libertad económica del mundo –en el puesto 176 de 178–, según el Informe anual de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage.
Esa organización evaluó el indicador de libertad económica en 178 países, lista en la que Cuba quedó en antepenúltimo puesto; mientras que en el lugar 177 se ubicó a Venezuela y Corea del Norte ocupó la última posición.
El informe confirma el lugar alcanzado por la isla caribeña el pasado año, cuando se situó en el puesto 178 de 180.
No obstante, señala que el puntaje general de Cuba aumentó en 1.2 puntos desde 2020, “principalmente debido a una mejora en el puntaje de integridad del gobierno”.
“Cuba ocupa el puesto 31 entre 32 países de la región de las Américas, y su puntaje general está muy por debajo de los promedios regionales y mundiales. Solo dos de los 12 indicadores del Índice de Cuba tienen puntajes por encima de 50”, señala la Fundación Heritage, con sede en Estados Unidos.
Apunta que la nación caribeña ha tenido fuertes reducciones en el crecimiento económico “debido a sanciones estadounidenses más severas y al colapso económico en su socio Venezuela”, lo cual “ha obligado al régimen de Castro a dar marcha atrás a un conjunto de medidas muy tímidas que tenían como objetivo la liberalización parcial”.
El organismo recuerda que la isla “ha sido gobernada por la dictadura comunista más antigua del hemisferio occidental desde 1959”, donde Raúl Castro aún “conserva el poder real como líder del Partido Comunista y las fuerzas armadas, que controlan gran parte de la economía”.
Explica que bajo “un esquema de exportación médica administrado por el gobierno, los profesionales de la salud cubanos son enviados a través de África y América Latina, y La Habana se apodera de la mayor parte de sus salarios como fuente de ingresos en divisas”.
Asimismo, que “la considerable presencia de seguridad e inteligencia de Cuba en Venezuela continúa apuntalando al régimen de Nicolás Maduro” y destaca que el “deterioro del sector petrolero de Venezuela ha provocado escasez de combustible y electricidad” en la isla.
Por otra parte, el informe reconoce como los tres países con mayores libertades económicas este año a Singapur, Nueva Zelanda y Australia, en ese orden.
Desde 1995 la Fundación Heritage y The Wall Street Journal publican el Ranking Global de Libertad Económica, que se basa en informes del Banco Mundial y fuentes especializadas.
El ranking intenta comprobar el nivel de economía de mercado que admite un país a través de una escala de 0 a 100 puntos, en la cual un puntaje de entre 80 y 100 puntos equivale a libre; de 70 a 79,9 a mayormente libre; de 60 a 69,9 libre moderado; y de 50 a 59,9 señala a una nación “no libre”.
Los países que obtienen entre 0 y 49,9 puntos son calificados con libertad reprimida. En 2021, Cuba obtuvo 28,1 puntos, mientras que Venezuela fue calificada con 24,7 puntos y Corea del Norte con 5,2.
Singapur, en cambio, tiene una calificación de 89,7 puntos, Nueva Zelanda de 83,9 y Australia de 82,4. EE.UU. ocupa el puesto 20 con una calificación de 74,8.
La Fundación Heritage toma en cuenta cuatro indicadores subdivididos en tres categorías que determinan el nivel de economía de mercado que cada país admite.
El primero, Regla de la ley (subíndices de Derechos de Propiedad, Efectividad Jurídica e Integridad del Gobierno); en segundo lugar, Tamaño del Estado (Presión impositiva, Gasto público y Salud fiscal); como tercer indicador, Eficiencia regulatoria (Libertades empresariales, en el mercado laboral y en el mercado monetario), y de 4to, Apertura de mercado (Libertad de comercio, de inversión y financiera).
En el primer punto el ranking señala sobre Cuba que “aunque una constitución de 2019 reconoce la propiedad privada en teoría, el estado posee la mayoría de los medios de producción. Prácticamente no existe separación entre el poder judicial, la Asamblea Nacional y el Partido Comunista, que puede nombrar o remover jueces en cualquier momento. La corrupción es un problema grave que sigue sin resolverse. La ilegalidad generalizada impregna tanto las limitadas empresas privadas de Cuba como la vasta economía controlada por el estado”.
Al referirse al punto dos, Tamaño del Estado, explica que “la tasa impositiva máxima sobre la renta de las personas físicas es del 50 por ciento y la tasa impositiva corporativa máxima es del 30 por ciento. La carga fiscal general equivale al 43,5 por ciento del ingreso nacional total. El gasto público ha ascendido al 64,6 por ciento del producto total (PIB) durante los últimos tres años, y los déficits presupuestarios han promediado el 7,7 por ciento del PIB. La deuda pública equivale al 51,9 por ciento del PIB”.
En cuanto a la eficiencia regulatoria (punto tres que atañe a las libertades empresariales, en el mercado laboral y en el mercado monetario), apunta que a pesar de que “ahora se permite algo de autoempleo minorista y se han eliminado algunos puestos de trabajo en el sector estatal (más de 500,000 cuentapropistas o emprendedores están registrados actualmente como autónomos), la continuación de las sanciones de Estados Unidos y la reducción de los envíos de energía subsidiada desde una Venezuela en bancarrota han reducido el dinero disponible en el gobierno para financiar los subsidios y han forzado el racionamiento generalizado de bienes”.
El último indicador (Apertura de mercado) analiza que “Cuba tiene cuatro acuerdos comerciales preferenciales vigentes. La tasa arancelaria promedio ponderada por el comercio es del 7,9 por ciento y están en vigor 50 medidas no arancelarias. Las empresas estatales distorsionan significativamente la economía. El acceso al crédito para la actividad del sector privado se ve gravemente obstaculizado por la poca profundidad del mercado financiero” y destaca que “a pesar de una década de cambios graduales, el estado mantiene firmemente el control”.
Recientemente, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), Rodrigo Malmierca, reconoció que hay características de la economía nacional que desestimulan, por ejemplo, la inversión extranjera y detienen el crecimiento del país.
Aunque el Plan de la Economía anticipa un crecimiento del 4% para 2022, varios expertos refieren que esta previsión ni es realista ni podrá alcanzarse.
Los puntajes de Cuba a escala global también son lamentables en otros ámbitos. El país mantiene un estado de “situación muy grave” en cuanto a libertad de prensa, según la clasificación que cada año realiza la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF). Mientras que la organización Freedom House (FH) estimó recientemente que Cuba constituye uno de los tres países de América donde no hay libertad en absoluto para sus ciudadanos, de acuerdo con el informe Libertad Global 2020.
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