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Uno de los mayores problemas que afrontan los cubanos es el deterioro de miles de viviendas, pero mientras muchos tienen que pasar años viviendo en condiciones a menudo infrahumanas, el gobierno destina sumas millonarias a construir hoteles de lujo, edificados a veces dentro de los propios barrios donde habitan personas de bajo recursos.
La agencia de prensa independiente Cubanet denunció en sus redes sociales el caso de un edificio en La Habana, situado en la popular avenida Infanta, entre Jovellar y Vapor, que a finales de febrero del año pasado sufrió el desplome de una de sus columnas.
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Según la publicación, la familia que vive allí padeció una larga espera hasta que finalmente les apuntalaron la casa.
"Y todo para que le pusieran unos pocos palos que se están arqueando, porque ni clavos alcanzaron para tener un poco más de seguridad. Hasta la fecha no se ha hecho nada más", precisó Cubanet en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, tal como detalla el tuit, en el Gran Hotel Manzana Kempinski, donde hace menos de dos meses una guagua se impactó contra una columna y la destruyó totalmente, su reconstrucción, "que además es mucho más grande", ya se llevó a cabo totalmente.
Ese incidente sucedió a finales de noviembre del año pasado, cuando un ómnibus articulado de la ruta P-8 se estrelló durante una madrugada contra una columna del portal del lujoso hotel Kempinski, situado en la antigua Manzana de Gómez, en La Habana Vieja.
Como consecuencia del brutal impacto la columna fue derribada y grandes pedazos de escombros quedaron esparcidos en los soportales de la edificación, según imágenes difundidas por la prensa oficialista, que reportó el evento.
En los últimos años la industria de hoteles de lujo ha afianzado cada vez su presencia en la Isla, particularmente en La Habana, una ciudad donde su población padece pésimas condiciones de vivienda.
Lujosas instalaciones levantadas en la zona limítrofe entre los municipios La Habana Vieja y Centro Habana, como el Grand Packard, el Parque Central, el Gran Hotel Manzana Kempinski y el Prado y Malecón, están rodeadas de solares y viejas edificaciones donde numerosas familias viven hacinadas, bajo techos apuntalados, con falta de agua y en un progresivo deterioro.
En julio pasado una habanera denunció la situación de un edificio multifamiliar ubicado en la misma cuadra del hotel Paseo del Prado de La Habana, el cual se cae a pedazos sin que nadie haga nada para revertir su deterioro.
"Este edificio es Malecón 31 en la misma cuadra del nuevo hotel Paseo del prado, en una esquina el muy lindo hotel y en la otra este edificio en derrumbe, todos los días se cae un pedazo de este edificio y todavía hay personas viviendo dentro, que no tienen a dónde ir, viven con el miedo de morir aplastados en cualquier momento y nadie hace nada. ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay que esperar?", se preguntó una internauta en Facebook.
Según la mujer, el inmueble perdió ya algunos pedazos y ha tenido derrumbes parciales; los techos tienen enormes agujeros y las escaleras representan un grave peligro.
En lugar de acometer una reparación, lo único que ha hecho el Estado es trasladar a algunas familias a albergues por las pésimas condiciones de sus apartamentos, mientras otras esperan por una solución.
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