
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El gobierno cubano aseguró que la población penal de la Isla está inmunizada contra el coronavirus y ya entró en el proceso de dosis de refuerzo.
La teniente coronel Sara Rubio Valdés, jefa del Departamento de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios (DEP), informó que la mayoría de los reclusos en Cuba completaron el esquema de vacunación previsto en la estrategia de enfrentamiento al COVID-19, y comenzó a aplicárseles la vacuna de refuerzo.
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Según la oficial, durante los primeros seis meses tras la llegada del virus no se registró ningún caso positivo en los centros de reclusión.
En Cuba, que ocupa el quinto lugar en la lista de los países con mayor tasa de población penal del mundo, las autoridades penitenciarias insisten en que en ningún momento la pandemia se salió de control en las cárceles.
De acuerdo con la información del diario Granma, en el Hospital Nacional de Reclusos (HNR) del Combinado del Este, la mayor instalación de salud del sistema penitenciario en Cuba, se produjeron algunos contagios, pero se logró controlar la enfermedad sin que sucedieran hechos extraordinarios gracias a la aplicación de rigurosos protocolos sanitarios a la entrada y salida del centro.
Aunque el discurso estatal insiste en las buenas condiciones de las prisiones cubanas, la realidad que relatan muchos detenidos es completamente diferente.
En marzo del año pasado, más de 500 reclusos en centros penitenciarios de Granma contrajeron COVID-19, según declaraciones a CiberCuba de Alexander Rendón Zamora, reo de la prisión de Veguitas.
Según Rendón Zamora, el jefe de cárcel y prisión, de nombre Rogelio, trasladó a un grupo de reclusos "desde la prisión de Bayamo hasta la de Veguitas, incluso con conocimiento de que estaban infectados".
La negligencia generó una propagación inmediata en la cárcel de Veguitas donde, a causa del hacinamiento y las pésimas condiciones sanitarias, todos los reos se enfermaron.
"Todos tenemos COVID, sin excepción de nadie", aseguró Rendón entonces.
Por esos días, el preso político Virgilio Mantilla se contagió en la prisión de Kilo 8, en Camagüey, debido a que las autoridades del penal no lo protegieron.
"Ya se había alertado antes de que podía haberse evitado si lo hubieran aislado a tiempo pero no hicieron caso y ahora peligra su vida", denunciaron en Facebook activistas del Movimiento San Isidro.
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