Cuba es una democracia representativa que respeta los derechos humanos, especialmente respecto a los menores de edad, afirmó el eurodiputado Manuel (Manu) Pineda Marín, comunista español y vicepresidente del grupo de amistad del Parlamento Europeo con el régimen cubano.
“En Cuba hay una democracia representativa que coloca al ser humano en el centro de la política”, dijo este sábado el eurodiputado en una rueda de prensa en La Habana en compañía de la también eurodiputada Sira Rego, vicepresidente del grupo La Izquierda.
“Nosotros apoyamos la soberanía del pueblo cubano”. “Decimos al pueblo cubano que no está solo, por mucha propaganda e intoxicación que realicen determinados medios”; “Vimos a un pueblo digno y heroico, capaz de resistir, y también de producir”, fueron algunas de las observaciones de los eurodiputados reseñadas por Granma.
Según expresaron, la visita de una semana y su recorrido por La Habana, Mayabeque y Matanzas les dio la oportunidad “de trabajar, de conocer y de ver lo que está sucediendo”. Pero no comentaron nada de los juicios a los manifestantes del 11J, no vieron las madres de menores de edad a las puertas de los tribunales donde la fiscalía solicita largas penas de cárcel para ellos, no vieron el hambre, la desigualdad, la desprotección de los cubanos.
Lo que vieron Pineda y Rego fue “una democracia representativa que coloca al ser humano en el centro de la política, y que no lo somete a los vaivenes de la economía”. La desproporción entre las inversiones en “ladrillo de lujo” y el resto de sectores presupuestados con dineros públicos, no la vieron.
No vieron el descalabro que ha provocado el “ordenamiento económico” ni el maltrato que supone hacer colas, no tener dinero para comprar productos de primera necesidad que se venden en dólares. No comieron esa semana lo que come un cubano de a pie, ni se movieron en los medios de transporte en que se mueve aquel.
No fueron atendidos en los hospitales desabastecidos, no sufrieron apagones, ni tuvieron que soportar interrogatorios de la Seguridad del Estado, amenazas por pensar diferente, secuestros. Pasearon una semana de la mano de la dictadura y se marcharon ufanos de haber cumplido “una agenda que nos ha permitido tener una radiografía completa de cuál es el momento de Cuba y de lo que sufre la población en el contexto del bloqueo”.
“El bloqueo debe acabar porque vulnera los derechos humanos”, concluyeron luego de su visita. Llevados y traídos por el régimen totalitario cubano, los eurodiputados comunistas reafirmaron su apoyo a “la soberanía del pueblo cubano”; un pueblo que ha visto cómo los autócratas rusos utilizan a su antojo en medio de su conflicto con Ucrania y Occidente, disponiendo de su territorio para posibles emplazamientos militares.
“Nosotros apoyamos su exigencia de no volver a ser un casino”, aseguraron los comunistas españoles, bajando y subiendo de coches y residencias oficiales en manos de aquellos que controlan el turismo, el tráfico de drogas y demás “servicios” asociados al opaco negocio hotelero de los militares y la familia Castro, la gran propietaria del Casino Cuba.
“Hay medicinas producidas en Cuba que mejorarían la calidad de vida de las familias europeas. Hablo de ese medicamento que produce una cicatrización rápida en las úlceras de los diabéticos y que, por esa causa, en Europa se pudieran evitar decenas de miles de amputaciones. Pudiera ser adquirido si no existiese un bloqueo que impide su comercialización”, llegó a decir Manu Pineda en el colmo del delirio o la indecencia.
Un país cuyos gobernantes dejaron el sistema de salud sin apenas inversiones a las puertas de la pandemia de coronavirus, que vieron colapsados los hospitales y pacientes muriendo sin oxígeno medicinal, que no responden por el desabastecimiento farmacéutico y que culpan de todo al “bloqueo”, ¿pretende ser referencia en salud pública? ¿De Europa? ¿Pineda y Rego no vieron a los pacientes que dejan con las heridas abiertas y cubiertas de azúcar moreno para que no se infecten?
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