La activista cubana Anamely Ramos González viajará a Washington para exigir respuestas ante su destierro, luego de que el pasado 16 de febrero la aerolínea estadounidense American Airlines le impidiera abordar un avión con destino a Cuba, por órdenes del gobierno de la isla.
En su perfil de Facebook, la joven integrante del Movimiento San Isidro manifestó su deseo de encontrar una solución que ponga fin a esta violación de sus derechos humanos y los de muchos otros que han sido exiliados o encarcelados por oponerse al régimen.
“Me he mantenido en protesta pública por la evidente violación de un derecho humano, me he reunido con abogados, con políticos, con funcionarios y aún no he encontrado una salida justa a mi caso. He recogido muchas historias de no retorno y he visto con mis propios ojos las consecuencias dolorosas de esas historias. No desisto”, aseguró.
La historiadora del arte apuntó que esta lucha no es solo a título personal sino que constituye una forma de impedir que se abra otra brecha al control de la dictadura más allá de las fronteras del país, por lo que preparó un resumen de todo lo acontecido para presentarse en la capital estadounidense.
El sumario del caso explica que además del primer intento de viajar a La Habana realizó otro el 27 de febrero, también infructuoso y que en ambas oportunidades la aerolínea recibió una notificación desde la isla, firmada por el teniente coronel del Ministerio del Interior (MININT) Néstor Moreira Payrol, en la cual se informa que la activista no es admitida en el territorio nacional, aunque no ofrecen motivos para la negativa.
Ramos denuncia que la compañía estadounidense se escuda en un protocolo que existe entre ellos y el gobierno de la isla, según el cual no pueden dejarla viajar sin sufrir consecuencias. “Anamely Ramos, que solo tiene residencia cubana, se encuentra en un limbo migratorio que se tornará más grave en abril de este año, cuando se venza su visa de turismo de una sola entrada, con la que ingresó a Estados Unidos hace casi cuatro meses”, asegura la publicación.
El resumen elaborado por la curadora de arte cuestiona que en varios espacios de la Televisión Cubana las autoridades no han reconocido su participación en este destierro sino que han culpado a American Airlines. Manifiesta que en reiteradas ocasiones ha llamado al consulado de la nación caribeña en Washington para pedir explicaciones sin conseguir respuesta alguna.
Añade que su situación no tiene precedentes conocidos pues cuando otros opositores han sido forzados al exilio, han tenido al menos residencia en otro país o están incluidos en la categoría de “desertores” (como son los médicos o deportistas) y, si bien “todos los casos antes referidos son injustos, (...) solo Anamely no tiene a dónde regresar en este minuto. No tiene país ni hogar, distinto de Cuba”.
La activista cita en el post las diferentes muestras de apoyo que ha recibido del gobierno de Estados Unidos, a través de tuits del Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Brian A. Nichols, y de la propia Embajada de Estados Unidos en La Habana. También habla sobre sus intercambios con la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava y el alcalde de Coral Gables, Vince Lago.
Otro punto del resumen alude al silencio de las autoridades cubanas que no han emitido declaración alguna sobre el caso, “ni dado ninguna explicación sobre las razones para negar la entrada a una ciudadana, residente, con todos sus papeles en regla y que trabajó como profesora de la única universidad de arte del país por doce años”.
La activista cubana cuestionó que “a ninguna instancia medianamente democrática en el siglo XXI se le ocurriría bloquearle el regreso a casa a una ciudadana de un país, solo a una dictadura. El caso (...) puede abrir un nefasto precedente para los cubanos. Cualquier activista que salga de Cuba como turista pudiera verse en la misma situación y eso sería lamentable pues neutralizaría todavía más a la perseguida sociedad civil cubana”.
Más de 50 internautas han comentado el post de Anamely en una muestra de apoyo y solidaridad ante el destierro que impone sobre ella la dictadura, que antes había expulsado, entre otros, a los reporteros independientes Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés, a los artistas Katherine Bisquet y Hamlet Lavastida y a la historiadora del arte Carolina Barrero.
“Fuerza, estamos contigo”, “No desistas ni te canses de luchar por tus derechos”, “Valiente Anamely, no estás sola”, “Firme, que tu causa es la más justa”, “¡Abajo la dictadura!”, son algunos de los mensajes que recibió la opositora cubana.
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