La curadora de arte y activista cubana Anamely Ramos continúa sus protestas frente a la Embajada de Cuba en Estados Unidos por el derecho de los cubanos a regresar a la isla y la liberación de los presos políticos cubanos.
"Seguimos protestando frente a la Embajada Cubana, esta vez con una copia en grande de esa notificación infame de mi inadmisibilidad en el territorio nacional, otro documento más de la vergüenza nacional", dijo en su perfil de Facebook este jueves, en compañía de otro activista cubano.
Ramos, una de las participantes en el acuartelamiento del Movimiento San Isidro en noviembre de 2020, pegó en la reja del edificio diplomático cubano carteles de los artistas Maykel Castillo (Maykel Osorbo) y Luis Manuel Otero, ambos en prisiones de máxima seguridad en Cuba desde hace más de ocho meses.
"Así quedó la Embajada de Cuba en Washington hoy. Y así seguirá estando en los próximos días. ¡Carguen con su vergüenza!"; expresó la joven, en referencia a las imágenes de Castillo y Otero.
Desde el miércoles, la también profesora universitaria llegó a Washington para exigir a las autoridades cubanas que le expusieran las razones por las cuales se le prohibió la entrada a Cuba el pasado 16 de febrero, en el momento en que intentó abordar un avión de American Airlines con destino a su país de residencia.
"La respuesta del Estado Cubano no es un favor que me harían, es su trabajo, por el que le pagan y la razón de que estén ahí en ese puesto. Si no van atender a todos los cubanos, entonces simplemente no deberían estar ahí. Están, básicamente, ocupando un lugar y un poder ilegítimo", declaró esta semana, al informar acerca de su protesta en D.C.
Según Ramos, antes de plantarse en las afueras de la representación cubana en Estados Unidos, envío varios correos a sus funcionarios en busca de explicaciones, sin recibir respuesta alguna. "De más está decir que los trabajadores del Consulado nunca llegaron o si lo hicieron se escondieron. Ni a los de paquetería recibieron. Así están los niveles de miedo y ridiculez de esa Embajada", aseguró.
"Al parecer es un procedimiento habitual: cuando hay alguien incómodo afuera ellos paran todo, dejan de funcionar, se vuelven una especie de embajada fantasma. Los empleados de FedEx estaban también insultados: 'ellos ni siquiera responden', me decían. Entonces: tenemos una Embajada fantasma, que no atiende a todos los cubanos y sin embargo sí se pone ante los ojos del mundo como representante de ellos", señaló.
"El mundo la reconoce, Estados Unidos la reconoce, que es como reconocer que nos representa. ¿Qué hace esa embajada ahí, me pregunto? Pues esta invisibilizando la ilegitimidad del poder en Cuba. Esta invisibilizando el chantaje que mantienen contra la comunidad cubana en el exilio, dándole migajas a cada rato para que sigan manteniendo a sus familiares que están dentro y que al final es mantenerlos a ellos, también. Ese edificio que parece decente está invisibilizando un desastre de más de sesenta años, a los presos que se cuentan por cientos y que a nadie importan", agregó.
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