Cubano salva a una niña y su madre de morir ahogadas en el río Bravo

“Nos salvó la vida, nos salvó la vida”, confirmó una mujer que estaba junto a una niña que estaba llorando, evidentemente por el impacto de lo sucedido


Este artículo es de hace 2 años

El cubano Jorge Carlos Santana Dumont salvó a una niña y a su madre -migrantes también de origen cubano- de morir ahogadas al cruzar el Río Bravo, algo que fue confirmado en emotivas imágenes por la propia mujer, momentos después del incidente.

“Acabamos de cruzar ahora, no se murió nadie. Todos vivos. Mira cómo está ese río crecido. Todos vivos. Gracias a Dios", dijo Santana Dumont en un vídeo filmado en los instantes posteriores al peligroso cruce, en el que precisó que había ayudado a una mujer y a su pequeña hija en el difícil trance.


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“Nos salvó la vida, nos salvó la vida”, confirmó una mujer que estaba junto a una niña que lloraba, debido al impacto emocional de lo sucedido. En las imágenes en cuestión se puede ver a varias personas reponiéndose de la dura experiencia, algunas llorando, gritando o tosiendo.

En un vídeo posterior difundido a través de Facebook, Jorge Carlos Santana agradeció a quienes lo felicitaron por haber arriesgado su propia vida para salvar a la madre y a su hija, explicó algunos detalles de lo sucedido y por qué lo hizo.

“Me sentí que hice algo bueno en la vida, algo grande, porque en mi simple mano derecha se encontraba la vida de esa mujer y de esa niña”, dijo Santana Dumont.

“Antes de pasar por el río esa mujer suplicaba que la ayudaran, que ella no podía”, añadió el migrante visiblemente emocionado, y explicó que en realidad eran dos niñas las que acompañaban a la mujer, aunque otras personas se hicieron cargo de la más pequeña.

“Realmente fue algo tenebroso, algo horrible, yo tenía en mi mano izquierda la mochila con dos abrigos, con comida, con peso. La mochila la eché en una bolsa negra y le cayó agua. Es decir, que tenía tremendo peso también en la izquierda, más el de ellas, que se quedaron flotando con la corriente”, relató.

Cuenta que solo pidió a Dios que le diera fuerzas para no soltarlas.

“Esto que estoy haciendo no lo estoy haciendo con interés de ningún tipo, ni de ser famoso, ni de tener dinero, si no de llevar a cada ser humano a la conciencia, porque muchas personas tienen otro punto de vista", dijo; y mencionó que varias personas le aconsejaron que, si veía que una persona estaba en problemas, que las dejara y siguiera su camino.

"Me decían, 'oye, si tú ves a una persona que se caiga en la travesía o que se parta un pie o se desmaye, déjalo y sigue, no mires atrás, es tu vida”, comentó, pero aseguró que en su conciencia, en su ser y en sus principios cristianos, tal actitud no tiene cabida.

“No es que yo me crea que soy un héroe ni nada por el estilo, sino que soy así, natural y me gusta ayudar a los demás sin ver el precio, así cueste mi vida. Tener una conciencia limpia ante Dios, ante el mundo. Creo que eso vale mucho”, concluyó.

La entrada irregular de cubanos por la frontera sur de Estados Unidos marcó récord de 16.550 personas durante el pasado febrero, la mayor cantidad para un mes en más de dos décadas.

En días recientes fue noticias el cruce de Beatriz Batista, joven cubana animalista que pasó 50 días en un centro de detención para migrantes, hasta que fue puesta en libertad.

Muy triste por otra parte la historia del cubano Guillermo Alan Matos, cuya esposa de 25 años, la uruguaya Alessa Nadines Patiño Rivero, y su pequeño hijo fallecieron en el intento. Los tres se metieron al río juntos, pero la fuerte corriente arrastró a Alessa y al pequeño sin que el cubano pudiera hacer nada por ellos.

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