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El emblemático Parque José Martí, centro deportivo de referencia de la capital cubana desde la década del 40, continúa su lento e inexorable deterioro a riesgo de colapsar y desaparecer como uno de las edificaciones icónicas de la ciudad y del Malecón habanero.
“¡Increíble el estado en que está!”, señaló el artista plástico cubano Ibrahim Miranda en sus redes sociales, compartiendo fotografías tomadas desde las gradas del Complejo Deportivo José Martí, un enclave frente al mar y junto a la Avenida de los Presidentes, rodeado por edificios como el de Casa de las Américas o el ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX).
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Las imágenes muestran el avanzado deterioro de la peculiar cubierta de las gradas del estadio, una estructura en forma de bóveda realizada en hormigón armado cuyo forjado ha ido resquebrajándose a lo largo de años de abandono, dejando ver las oxidadas cabillas de hierro que amenazan con desaparecer y provocar el desplome de la edificación.
A pesar del evidente peligro que representa la ruinosa cubierta de una instalación deportiva que fue clausurada en el año 2000, las autoridades no han intervenido para apuntalar las bóvedas o precintar el recinto.
Las fotografías compartidas por Miranda muestran personas sentadas en las gradas bajo la deteriorada cubierta. En una de ellas, la ruina de las antiguas instalaciones deportivas contrasta con el Grand Aston La Habana, el enorme hotel de lujo construido por GAESA en el Malecón, a escasos metros del Parque José Martí.
Asimismo, las gradas aparecen arrasadas y se observa su estructura cubierta de escombros y cascotes. A finales de marzo de 2017, el periódico oficialista Granma informaba del próximo “resurgir” de la instalación. Bajo el título de “Los martillazos que tanto tardaron”, el órgano oficial del PCC anunciaba la reparación de las gradas y las cercas perimetrales del recinto.
“Mientras cerca de la base de las columnas que soportan las cubiertas del estadio ya se instalan las facilidades temporales para acometer su reparación por la Constructora Caribe, los Servicios Especializados de la Construcción (Secons) asumirán la demolición de las gradas. Debajo de ese graderío renacerán la cafetería, vestidores para los atletas y baños”, indicaba Granma en un artículo que criticó los frustrados intentos de anteriores reformas.
Un dictamen técnico de Higiene y Epidemiología determinó cerrar la instalación en octubre del 2000 ante el peligro de derrumbe de varias de sus áreas, esencialmente el graderío del terreno de atletismo. Según Granma, “las buenas intenciones quedaron truncas”.
“La restauración de las cubiertas de las gradas no se acometió porque no existían los andamios para alcanzar esa altura, por lo que la empresa constructora encargada del trabajo se retiró”, explicó el medio oficialista, que auguraba la completa restauración de todas las instalaciones para 2018.
En el Parque Martí se podían practicar disciplinas como atletismo, fútbol y béisbol, y además tenía un gimnasio para lucha y boxeo, así como un tabloncillo para jugar baloncesto.
Situada frente al malecón ―lo cual ha contribuido aún más a su deterioro― , la instalación contaba con un complejo de piscinas para natación, clavados y polo acuático, que hoy son unas auténticas ruinas.
En 2019, con motivo del 500 aniversario de la fundación de La Habana, las autoridades decidieron "maquillar" sus alrededores, mediante la colocación de una hilera de bancos frente al mar y la construcción de un muro blanco con el que se intentaba disimular el daño constructivo del interior. Sin embargo, el nuevo muro solo consiguió resaltar aún más el contraste con el estado en que se encontraban las gradas.
El Martí era una institución casi tan importante como la Ciudad Deportiva, pero debido a la falta de mantenimiento se ha ido degradando hace varias décadas, ante la desidia del gobierno, que no ha hecho nada por impedir su muerte.
Remodelado por el arquitecto Octavio Buigas en 1960, la ruina del Complejo Deportivo José Martí ha sido comentada en redes sociales por muchos cubanos que lo recuerdan de los “viejos tiempos”, fueran los republicanos o los de la “masividad” en el deporte.
"Parque Martí, mi trampolín. Me enseñaste a saltar sin miedo, hoy mi miedo es verte así. Cuántas veces me lancé a lo profundo, hoy lo profundo es el vacío que veo en ti. Fue tan bello esperar para subir mi turno, hoy sin rumbo te derrumbas ante mí. Algún día nos volveremos reunir y haré un salto libre, desde mi trampolín. Nuestros recuerdos se derrumban", escribió Yotuel Romero en abril de 2020.
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