La Empresa de Productos Lácteos de Las Tunas utiliza pasta de soya como sustituto lácteo en la producción de helados, ante la escasez de leche.
Un texto publicado por el oficialista Periódico 26 asegura que esta es una de las estrategias adoptadas por la empresa estatal que “permiten la estabilidad en la producción de helado” con vistas a incrementar los volúmenes del producto en el verano.
El director técnico productivo de esa entidad, Osmani Atencio, dijo que a partir de la utilización del “sustituto lácteo” se elaboraron nuevas formulaciones que han permitido “mantener un plan de 2,000 litros diarios de mezcla que generan alrededor de 1,500 galones de helado”.
Sin embargo, el directivo no se refirió a la calidad final del producto que se oferta a la población ni a la aceptación del mismo.
Atencio aseguró que “en la medida que se fomente la entrega de leche, vamos a utilizarla para el proceso del helado y aumentaremos los volúmenes en dependencia de la disponibilidad de recursos. Queremos que en el verano haya helado en la provincia".
Señaló que se espera que, con la llegada de las lluvias, se incremente la producción de leche en ese territorio; no obstante, aclaró que la prioridad en la distribución estará en los sectores de Salud, Educación y Deportes. De sus declaraciones puede inferirse que la “iniciativa” del helado con soya quizás llegó para quedarse.
El funcionario hizo referencia también a miniplantas de productos lácteos ubicadas en otros municipios de la provincia. Según explicó, las de Jobabo y Manatí están activas, pero la de Puerto Padre ha tenido problemas con el gas; sobre esta última, aseveró que "también está comprometida con llevar este gustado producto [helado] a las redes del comercio", pero el reporte no revela cómo lo haría posible ante las dificultades con el combustible.
Recientemente, residentes en Las Tunas criticaron el déficit de productos lácteos en la oriental provincia y señalaron que solo aquellos con divisas extranjeras podían comprarlos en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC) donde se comercializan; una opción que se reduce a los que reciben remesas desde el exterior o pueden pagar el dólar y el euro a precios elevados en el mercado informal.
El propio Atencio dijo hace poco a la prensa oficialista que productos como el helado, el yogur y el queso se venden en dólares "porque la industria tiene que pagarle al campesino 15 centavos en la misma moneda por cada litro de leche que sobrecumple".
La industria láctea en Las Tunas tiene un plan de acopio de 24 millones de litros de leche, pero solo se había logrado contratar un 90% de esa cantidad. Además de la escasez de agua, la falta de una buena alimentación para las vacas dificulta la obtención de la leche.
En el municipio cabecera y en Puerto Padre se suspendió la venta de leche para las dietas médicas, porque se incumplió el plan de acopio estatal.
El pasado enero, el gobernador de Las Tunas acusó a los productores de no vender la leche a la industria láctea y desviarla hacia otros destinos más lucrativos, y dijo que los campesinos deben asumir la responsabilidad ante la falta de leche y producir más.
Debido a la escasez de materias primas se ponen en práctica alternativas como el uso de la soya, que no pocas veces resultan en productos de mala calidad, lo que puede estar determinado por el inadecuado tratamiento industrial de ese grano.
En Santa Clara, los consumidores criticaron el helado de soya que se oferta en el Coppelia de esa ciudad, no solo argumentaron que es de pésima calidad, nada cremoso y con trozos de hielo, sino que además es muy caro.
En La Habana la bola de helado Coppelia subió a nueve pesos pero, como suele ocurrir, esto no se tradujo en una mejor calidad de las ofertas.
En los últimos meses, el gobierno cubano aumentó los precios de los productos lácteos y sus derivados, sobre todo el helado y algunos tipos de queso, como parte de una estrategia para sufragar los gastos en el sector mayorista.
El aumento de los precios de los productos lácteos es el resultado final de una cadena insostenible que terminó afectando nuevamente a la población. Se incrementó el precio de la leche fresca como incentivo a las producciones agropecuarias, lo cual llevó a que subieran los costos mayoristas de las producciones industriales de leche y, con ello, se disparó el costo de productos como el helado.
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