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La falta de combustible atrasa la reparación de un deslave en el kilómetro 372 de la línea central del ferrocarril cubano, cerca de Taguasco, Sancti Spíritus, que afecta considerablemente el paso de los trenes por esa zona.
Esta es la segunda vez desde 2020 que la estructura de ve afectada, y aunque en esta oportunidad no ha sido necesario cortar la circulación de los trenes las locomotoras deben disminuir su velocidad, de acuerdo con la página Transporte Espirituano.
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Luis Acosta Cabrera, jefe de producción en la UEB Vías y Puentes, explicó que para reparar el deslave, provocado por las lluvias de los últimos días en Cuba, es necesario utilizar una grúa que saca las losas caídas y coloca otras nuevas (en total son seis).
Para eso necesitan unas dos jornadas de trabajo, sin embargo hasta el momento no tienen el combustible que les permita emprender la reparación.
Esta solución es la más barata, aunque existe una que es mucho más efectiva, pero la empresa de ferrocarriles de Cuba no puede asumir la inversión.
"Es más costosa y las limitaciones económicas lo impiden; ahora hay que reponer la parte de la losa averiada para contener el relleno que se haga", declaró Armando Roche Pérez, director adjunto de Ferrocarriles Centro en Sancti Spíritus.
El funcionario agregó también que en esa zona es habitual que existan deslaves porque la fuerza del agua es grande y golpea la estructura de concreto.
"Fíjate que ahí deja de llover hoy, y se echa como tres días más escurriendo agua; a largo plazo hay que hacer un trabajo de más envergadura para quitarnos de arriba esa afectación tan frecuente a la vía central, subrayó Acosta Cabrera.
Las lluvias de inicio de mes no solo provocaron en Sancti Spíritus daños en la línea del ferrocarril, sino que en territorios como Yaguajay, se registró una crecida del río Máximo, inundado a su vez varias viviendas.
Algunas de las zonas con las mayores precipitaciones fueron: Manaca Iznaga con 183,5 milímetros (mm), Topes de Collantes (182,4 mm), Méyer (157 mm), Condado (156 mm), Banao (136 mm), presa Zaza (126,6 mm) y Aliviadero del Cayajaná (109,8 mm).
En mayo de este año el gobierno cubano reconoció que atraviesa por una crítica situación ante la falta de combustible, que se traduce en menos servicios y mayor precariedad para los ciudadanos, que deben sufrir, por ejemplo, largos apagones a consecuencia de la poca generación de electricidad.
Asimismo, se suspenden rutas de transporte, se afecta la producción de alimentos o se deja de producir en la industria cubana porque no hay combustible.
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