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Son varias las voces de expertos que se preguntan si la coronel Ania Guillermina Lastres Morera, actual vicepresidenta primera del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), será la encargada de dirigir el conglomerado empresarial en poder de los militares, un entramado que controla en torno al 70% de la economía del régimen cubano.
Tras la muerte del general de división Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, anunciada este viernes por la prensa oficialista, muchos analistas y conocedores de las dinámicas del poder de la dictadura se preguntan quién será el “elegido” para controlar ese “monstruo” de las opacas finanzas, las inversiones hoteleras y las cuentas bancarias del régimen totalitario.
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“La gran pregunta es si su cercanía y confianza depositada en ella por López-Calleja y la cúpula gubernamental le dan credenciales suficientes para permanecer al frente de GAESA por más tiempo que la sustitución formal momentánea”, consideró el periodista cubano Wilfredo Cancio Isla.
El fallecimiento del general de división de las Fuerzas Armadas y jefe de GAESA, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja (62 años), de un paro cardiorrespiratorio, sorprendió a quienes conocían de la existencia y el poder de un personaje misterioso considerado una figura clave en la cúpula del régimen cubano.
Miembro reciente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, López-Calleja, fue yerno del dictador Raúl Castro, exesposo de Deborah Castro Espín y padre de Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias “el Cangrejo”, escolta y asistente personal de su abuelo.
Sus vínculos familiares con la familia Castro y su formación como economista le valieron para convertirse en el hombre de la “caja fuerte” de una dictadura militar de partido único que apostó todo al desarrollo del turismo en la isla. Se dice que su posición de poder era tal, que era temido por la casta militar, “cuadros” del partido y la dirigencia.
“La muerte del general Luis Alberto Rodríguez López Calleja representa un parteaguas en el futuro de Cuba. Ha muerto el jefe de la mafia que controla el país, el cerebro financiero del manejo del dinero sucio y limpio que entraba a las arcas del régimen cubano”, consideró este viernes el economista cubano y presidente de Havana Consulting Group, Emilio Morales.
El fallecimiento del “hombre de confianza de Raúl Castro, en quien depositó el control del país y el futuro de su familia”, el personaje “más odiado por los generales cubanos”, según Morales, supone un desafío para la supervivencia de un régimen en crisis, incapaz de proveer de bienes público a su población, que sigue empobrecida y viendo crecer la desigualdad bajo un sistema comunista que hipoteca al país, entrega la soberanía y somete violentamente a sus ciudadanos.
Ante este panorama, con cada vez mayores signos de descomposición del régimen (especialmente tras las históricas protestas del 11J en las calles de Cuba), varios analistas consideran que la dictadura necesita de un “hombre fuerte” -una figura muy arraigada en la cultura castrense del régimen- que sea capaz de imponer su autoridad entre las distintas familias que detentan el poder en Cuba.
“En una cultura de mando de hombres fuertes, Ania Guillermina no se vislumbra, a primera ojeada, como la figura idónea”, consideró Cancio en su análisis de este viernes, glosando su experiencia laboral al servicio del estamento militar de la dictadura.
“Como sí sabemos, dirigir GAESA requiere algo más que eficiencia administrativa, porque implica manejar el dinero y los dividendos de la casta gobernante. Habrá que ver si forma parte de los planes de Raúl Castro y el generalato darle las riendas del emporio militar o mantenerla en sus funciones de eficaz contralora”, concluyó el periodista.
Ania Guillermina Lastres Morera (60 años) fue subjefa de la Sección Especial Economía y Finanzas del MINFAR, participó en la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC), en 2012, y fue delegada al VII Congreso del PCC en 2016.
A pesar de su bajo perfil, su puesto en GAESA, donde llegó a ser “la mano derecha operativa de López-Calleja y persona de alta confiabilidad entre la jerarquía del poder cubano”, según Cancio, investigaciones de la prensa independiente cubana la sitúan como “‘dueña’ de varias compañías y bienes raíces alrededor del mundo”, según documentos consultados por ADN en Panamá y Londres.
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