Villa Clara reporta un aumento de enfermedades respiratorias y diarreicas en la población infantil, que las autoridades sanitarias achacan al fuerte calor y las lluvias de estos meses.
Dianevys Arango Ineráriti, vicedirectora de asistencia médica en el Hospital Pediátrico universitario José Luis Miranda, dijo al semanario Vanguardia que las infecciones respiratorias (IRA) se han adelantado este año a su período habitual, pues se dan mayoritariamente a partir de los últimos días de agosto hasta marzo.
"Existe gran afluencia al cuerpo de guardia de la institución, con un promedio que oscila entre 300 y 350 pacientes por ambas afecciones en 24 horas; sin embargo, muchos presentan situaciones leves que pudieron evaluarse en la atención primaria de salud", precisó.
Del total de casos diarios, entre el 11 y el 12 por ciento requieren ser ingresados.
La especialista recalcó que, aunque en el hospital se brinda atención a todos los pacientes que llegan, hay muchos que por su cuadro clínico hubieran encontrado respuesta en el consultorio o en el policlínico.
En cuanto a los problemas respiratorios, precisó que cuando un niño tiene más de 37 grados de temperatura, los padres deben empezar a observarlo.
"Casi todos los procesos respiratorios comienzan con tos, obstrucción y secreción nasales como algo rutinario. Si resulta un proceso infeccioso, la fiebre aparece desde el primer día, y de mantenerse con niveles altos, acompañada de falta de aire (polipnea), sí se necesitaría la presencia hospitalaria para recibir evaluación especializada y aplicar otros complementarios", explicó.
En relación con las enfermedades diarreicas agudas (EDA), señaló que también hay que observar al niño ante posibles signos de deshidratación.
Si presenta síntomas como la boca seca, pasa más de seis horas sin orinar, aparece sangre en sus heces fecales y la fiebre es elevada, no es un episodio viral, sino una diarrea bacteriana que debe diagnosticar un médico.
Las condiciones ambientales de Cuba, sumadas a la poca higiene general, la carencia de medicamentos y las escasas medidas para prevenir enfermedades que aumentan en verano (como la lucha antivectorial contra el mosquito Aedes aegypti para prevenir el dengue), son un peligroso collage que agravan el panorama sanitario en el país.
A finales de junio, las autoridades sanitarias reportaron transmisión de dengue en seis provincias cubanas: Sancti Spíritus, Holguín, Santiago de Cuba, La Habana, Las Tunas y Camagüey.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, detalló que el virus estaba presente en 10 municipios y 17 áreas de salud en el país.
"Hay un incremento de la focalidad, hay un incremento de los casos sospechosos, lo que habla de un incremento de la transmisión, en estos momentos", alertó.
Por su parte, en Pinar del Río se reportó en mayo un aumento de las infecciones gastrointestinales de transmisión hídrica luego de que más de 70 personas se intoxicaran tras ingerir agua potable contaminada.
Los expertos revelaron que 71 pacientes necesitaron atención médica tras presentar síntomas de vómitos y diarreas semipastosas y líquidas.
Días después, se informó que se analizaron las muestras y se comprobó que todas habían sido negativas al virus del cólera.
Andrés Villar Bahamonde, director del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología, aseguró entonces que "todos los pacientes estudiados hasta el momento han resultado negativos a los test de cólera, lo cual es una señal positiva en medio de la compleja situación que ha vivido la población de esta parte de Vueltabajo".
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