El gobierno de Estados Unidos criticó este viernes al régimen cubano por no hacer lo suficiente para eliminar la trata de personas y mantener a sus profesionales que laboran en el exterior bajo condiciones de explotación, similares al trabajo forzado.
“El envío de trabajadores médicos y otros profesionales al extranjero en condiciones similares al trabajo forzado demuestra que Cuba no hace lo suficiente para eliminar la Trata de Personas”, indicó la embajada de ese país en La Habana en un tuit, en el que también compartió un enlace a un informe sobre estas condiciones sociales de la isla.
De acuerdo con el documento de la representación diplomática, el gobierno del país caribeño permanece en el Nivel 3, pues no realizó esfuerzos significativos para enfrentar el tráfico de personas a nivel internacional y justificó sus pocos avances con el impacto de la pandemia de COVID-19.
“A pesar de no haber realizado esfuerzos significativos, el gobierno tomó algunos pasos para enfrentar la trata de personas. Estos incluyen la investigación, el enjuiciamiento y condena de los traficantes, y la identificación de las víctimas. No obstante, durante el período de este informe, hubo una política o patrón gubernamental para sacar provecho de los programas de exportación de servicios profesionales, con fuertes indicios de trabajo forzoso, particularmente en su programa de misiones médicas en el extranjero”, señaló el informe.
El texto destacó además que el régimen castrista emplea técnicas engañosas y coercitivas para completar el personal que requieren estas misiones, sin considerar posibles violaciones laborales y denuncias creíbles de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sobre la participación de funcionarios cubanos en esos abusos.
“El gobierno no informó a los participantes sobre los términos de sus contratos, los que varían de un país a otro; confiscó sus pasaportes, credenciales profesionales y salarios; y amenazó a los profesionales de la salud y a sus familiares si los participantes abandonaban el programa”, advirtió la Embajada de EE.UU. en la isla.
El documento declaró además que las leyes cubanas no ofrecen ningún respaldo a las víctimas de tráfico de personas en circunstancias laborales y que incluso, no reconocen la prohibición de este delito, de acuerdo con estándares internacionales, por lo que tampoco existen mecanismos para identificar a quienes son obligados a realizar trabajo forzoso.
El informe también recoge la evolución de estas violaciones a los derechos humanos en el país caribeño durante los últimos cinco años. “El gobierno identificó a los niños, las mujeres jóvenes, los ancianos y las personas con discapacidad como los más vulnerables al tráfico de personas. Los expertos expresaron su preocupación por la población LGBTQI+ de Cuba y su vulnerabilidad al tráfico sexual, y la creciente vulnerabilidad de los migrantes económicos cubanos, incluyendo casos de jugadores profesionales de béisbol, al tráfico sexual y al trabajo forzado. El gobierno utiliza a algunos estudiantes de preuniversitario en zonas rurales para cosechar cultivos y no les paga por su trabajo, afirmando que este trabajo es voluntario”.
El texto manifestó preocupación por los profesionales de la salud, cuyas misiones en el exterior permiten al régimen recaudar entre 6,000 y 8,000 millones de dólares anuales, mientras paga salarios ínfimos a los trabajadores y los mantiene bajo amenazas para evitar que deserten.
“En casi todos informes, los trabajadores reciben sólo una parte de su salario que oscila entre el 5 y el 25%, y se retiene en cuentas bancarias cubanas -a menudo en pesos cubanos en vez de la moneda fuerte que el gobierno recibe por sus servicios-, a las que se renuncia si el participante abandona el programa”, explicó el informe.
Hace pocas jornadas la administración estadounidense anunció que por estas razones Cuba se mantenía en la “lista negra” del tráfico de personas. Además de la isla, el Departamento de Estado también incluyó en su reporte anual a los regímenes de Venezuela, Nicaragua, Rusia, China, Bielorrusia, Corea del Norte, Siria e Irán, entre otros.
Por su parte el régimen cubano calificó como calumnias estos pronunciamientos. Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, dijo que el “gobierno de EE.UU. carece de autoridad moral y miente deliberadamente sobre el desempeño de Cuba contra la trata de personas. Sus calumnias no lograrán empañar la labor ejemplar en la prevención y combate a ese flagelo ni doblegar nuestro compromiso con la cooperación médica internacional”.
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