Una pizzería privada en Cuba promocionó su negocio celebrando el cumpleaños de Fidel Castro, quien este sábado cumpliría 96 años, pero la iniciativa no pareció incentivar mucho el paladar de los clientes.
“Este 13 de agosto La Mía Pizza cumple seis años de experiencia en la gastronomía y servicios, por lo tanto, realizaremos una actividad recreativa y cultural y así festejaremos también otro cumpleaños, de nuestro Fidel Castro”, anunció este viernes el restaurante en sus redes sociales, en un post que eliminaron poco después.
“Te esperamos con música, Karaoke e invitados especiales, entre ellos, un bombero”, indicaron los propietarios de La Mía Pizza en su publicación, en una cuestionable estrategia de marketing, tras el trágico incendio que se desató en la base de supertanqueros de Matanzas hace una semana.
Las reacciones al ofrecimiento gastronómico musical no esperaron siquiera que el queso de las pizzas quedara gratinado.
“Con esta promoción tan, pero tan mala, chea y de muy mal gusto, pueden estar convencidos que nunca jamás en la vida pongo un pie en su negocio”, expresó una usuaria en los comentarios a la publicación que La Mía Pizza retiró de su página de Facebook.
Otro aprovechó para criticar las pizzas y la estrategia de promoción. “Esas pizzas tienen más mala pinta que la Revolución, mándenle una a la familia Castro a ver si tienen el valor de comérsela, RIDÍCULOS”, comentó.
“No sé dónde es, pero ya no quiero ni saber, pizzas comunistas”, afirmó un tercero, indignado por el mensaje prorrégimen del anuncio. “Pues van a necesitar otros seis años más de experiencia para que aprendan a hacer buenas pizzas, porque se ven incomibles”, aseguró una más, criticando la apariencia de los platos que oferta el negocio privado.
Ante la avalancha de críticas que provocó su publicación, La Mía Pizza eliminó el post y en su lugar publicaron un sustituto en el que informaron a los clientes que “en otro momento celebraremos nuestro aniversario, pero no este año”, sin dar más explicaciones sobre el motivo de su repentina decisión.
“Ya mis niños estaban ilusionados con comerse la hawaiana con la cara de Fidel. ¿Me hacen una que diga 'Díaz Canel sin casa' y otra ‘Te amo Comandante en polvo, gracias por la leche para los niños'?”, bromeó un internauta en los comentarios de la nueva publicación.
“Un lugar menos para recomendar ¡No se puede apoyar negocios que alaban dictadores!”, protestó otro cubano al que pareció intolerable que un negocio privado en Cuba celebrase la figura del líder de la “ofensiva revolucionaria” que destruyó el tejido empresarial cubano, desde las grandes a las pequeñas empresas del país, y que despojó a cientos de miles de familia de sus propiedades y fuentes de riqueza.
“Asere, en serio, voy a funar a esta pizzería con todas mis fuerzas, cada vez que se me vaya la luz. Pidan perdón, o les empiezo a mandar binarios al whatsapp”, señaló un usuario molesto con la apología al dictador expresada por los propietarios del negocio.
“Funar”, en lenguaje coloquial, se usa como sinónimo de desacreditar a alguien exponiéndole al escarnio público por medio de las Redes Sociales o de otra forma.
El restaurante, ubicado en el número 21208 de la Avenida 29, entre las calles 202 y 204, en La Lisa, La Habana, no se arredró en el asunto, sino que volvió a la carga en Facebook, compartiendo en su última publicación un post de un “emprendedor” con perfil de “ciberclaria” en el que agradecía a Fidel en términos muy heteronormativos y sumisos a la vez: “Hombre, los agradecidos te acompañan”.
Desde septiembre pasado, el gobierno cubano ha concedido 4,205 nuevas licencias para micro, pequeñas y medianas empresas privadas que, en su mayoría son reconversiones de antiguos negocios.
El proceso ha sido totalmente opaco, y expertos cubanos y extranjeros han alertado que el método empleado revela un estilo mafioso de piñata, con prebendas para partidarios del régimen, incluidos represores que podrían acceder a financiación estadounidense, tras el alivio de la administración Biden.
A finales de junio, la televisión cubana entrevistó a Yoandy Riverón, un represor de la Seguridad del Estado en Villa Clara, devenido cuentapropista que se dedica a la producción y venta de zapatos.
Riverón, que se hacía llamar el "agente Cristian", acosó durante años a alumnos y profesores de la Universidad Central de las Villas, entre ellos la periodista Karla María Pérez, quien fue expulsada de la institución en 2017 y que, al verlo en los medios, lo reconoció como el agente que la "atendía".
"La misma voz, la misma cara. El oficial que me sacaba de clases para interrogarme y amenazarme por horas. Nos vemos en los tribunales", dijo Karla en su muro de Facebook.
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