La extracción indiscriminada de arena del tibaracón del río Toa debilita esa barrera natural y tiene efectos negativos para el medio ambiente, por lo que se exigió a las autoridades de Baracoa que controlen el proceso extractivo para evitar un daño mayor.
Ante la falta de materiales de construcción, se ha procedido de forma descontrolada a la extracción de la arena depositada en la barra acumulativa del tibaracón del río Toa. Desde hace años y de manera consciente, individuos y empresas sustraen sin autorización arena de ese lugar, pues es “la única y menos costosa alternativa para obtener áridos destinados a la construcción”, informó una nota publicada por el diario local Venceremos.
Jesús Martín Pérez, delegado territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), indicó al periódico que en las inspecciones realizadas en la zona se ha comprobado el impacto negativo de la extracción ilegal de arena, tanto por personas naturales como jurídicas.
Evidenció también que los trabajadores de la Industria de Materiales de la Construcción municipal mantienen una extracción ilegal de arena en la zona, a pesar de tener vencidas las licencias ambientales donde se autorizaba esa operación, incumpliendo las orientaciones anteriores donde se les pidió que mantuvieran un custodio en el área.
La Dirección Nacional de Regulación y Seguridad Ambiental exigió que el Gobierno, la Empresa de Materiales de la Construcción y las autoridades involucradas “contribuyan al orden en la extracción de arena de la zona costera de Baracoa, que no se respetó en el área de extracción aprobada en 2010 en el tibaracón del Toa”.
Se instó también al gobierno a controlar el mantenimiento del orden y se demandó a la Empresa de Materiales de la Construcción que, como estaba orientado, asumiera su responsabilidad con la custodia permanente del yacimiento, que hasta ahora no se ha cumplido.
Ante el déficit de materiales para la construcción, en 2010 se autorizó, como solución temporal, la extracción de 3,000 metros cúbicos de arena, siguiendo la opinión de expertos que calcularon el impacto medioambiental de la sustracción.
Después de haber arribado a esa cantidad, no se respetó el cumplimiento de lo pactado y se continuó removiendo arena de esa barrera.
Hace apenas unos meses, incluso, cuando la Industria de Materiales de la Construcción municipal solicitó la renovación de la licencia ambiental otorgada hace 12 años, los expertos contestaron que no había estudios actualizados sobre el estado del tibaracón y la forma adecuada de explotación.
Aseguraron además, en ese momento, que posiblemente la cantidad de arena a extraer no se incrementaría, porque se había definido por expertos, a partir de los aportes anuales del río.
El geógrafo Ricardo Suárez Bustamante, extrabajador del CITMA y actual jefe del Departamento de investigaciones aplicadas en la Oficina del conservador de Baracoa, corroboró que “ya es un hecho la acelerada disminución del bosque protector del litoral debido al desenfrenado proceso erosivo que ahora, y en el futuro, más, provocará mayores penetraciones del mar, con todo lo que implica en el orden económico y social”.
Suárez insistió que el daño causado al medio ambiente demoraría años en repararse. Otra de las consecuencias negativas del saqueo de áridos en ese litoral sería la desalinización del suelo y de las aguas superficiales y subterráneas, dijo.
Expertos estiman que el ascenso del nivel medio del mar para el año 2050 debe ser 29 centímetros y 95 para 2100, por ello resulta urgente detener la depredación de esa barrera baracoense, dijo Suárez.
Ante la preocupante situación se requieren respuestas contundentes no medidas paliativas para evitar la desaparición del tibaracón del río Toa.
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