El médico cubano Manuel Guerra, exiliado en Estados Unidos desde marzo pasado, quedó tan impactado con las condiciones de un hospital de Florida que su visita al lugar la consideró “casi una experiencia religiosa”.
“Desde que crucé la puerta del Lakeland Regional Health Medical Center tuve la impresión de que jamás había estado dentro de un nosocomio, algo realmente increíble cuando repaso mis últimos seis años vividos en los que a diario laboraba en un centro al que inocentemente llamaba 'hospital'”, comentó Guerra en su perfil de Facebook.
En su primera visita a un hospital estadounidense para que evaluaran el estado de su esposa que se encuentra embarazada, constató con sorpresa que la atención médica no le había costado dinero, desde la llamada al 911, los estudios realizados, hasta el seguimiento al embarazo.
Aunque reconoció que no entraría en una comparación sobre la diferencia “abismal” en el desarrollo de ambas naciones, EE.UU. y Cuba, ni apoyaría el pregonado sofisma de que Cuba es una potencia médica, por estimar ambas posturas “ingenuas”, consideró importante recalcar que la atención médica recibida había sido completamente gratis.
“En Estados Unidos contamos con salud y educación públicas de calidad”, señaló.
Dirigiéndose a los cubanos lectores de su post, Guerra pidió que no aceptaran el gastado discurso del gobierno -usado para justificar las fallas en su administración- de que en Cuba la educación y la salud son gratis porque en otros países también lo son.
“El pseudosocialismo que la dictadura militar cubana se empeña en defender es tan menguante que términos como justicia social y estado providencial han quedado obsoletos”, opinó el galeno en alusión a la experiencia donde constató lo que es realmente un estado benefactor.
Una vez más, el también activista expresó su intención de mostrar al pueblo cubano la realidad existente en otros países “para aportar mi grano de arena en su proceso de liberación”.
Como conclusión a su texto, Guerra exceptuó a los médicos de su crítica al sistema de salud cubano, aludiendo a la constante violación al juramento hipocrático y a los pilares de la ética médica que padecen en el país, y manifestó su respeto por esos profesionales de la salud en Cuba.
El doctor también había dejado constancia previamente de la impresión que le causara su primera visita a una farmacia en EE.UU, donde descubrió medicamentos que nunca vio en Cuba. “De muchos de estos fármacos sabía solo gracias a la literatura y con mucho escepticismo contemplé la existencia de los mismos”, reveló en un post.
Guerra, que abandonó el país bajo las continuas amenazas de la Seguridad del Estado, ganó popularidad entre los cubanos por exponer las condiciones del sistema sanitario a través de las redes sociales.
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