El médico cubano Manuel Guerra compartió su historia de lucha y superación, tras obtener una licencia como asistente de médico en Estados Unidos.
"Una vez más estaré haciendo lo que considero parte de mi idiosincrasia, servir y ayudar a potenciar la calidad de vida de los pacientes que pasen por mis manos", escribió en Facebook.
Guerra, quien escapó de Cuba hace más de un año, relató las diferentes labores que tuvo que desempeñar sin permiso de trabajo, entre ellas reparar y hacer colchones, en una gasolinera como cajero, en una carpintería, de mantenimiento en un hotel, empaquetando y estibando cajas, en una compañía de limpieza, entre otras.
"Quiero agradecer a Dios, antes que todo, por no darme un peso que no pudiera dominar y por jamás soltarnos de la mano, a mi hijo, que es mi manantial infinito de buenas energías", acotó.
A pesar de las dificultades que enfrentó, el galeno cubano asegura que siempre se mantuvo enfocado en sus metas: "La clave de todo está en anteponerse a las circunstancias, hacer de la auto-superación un paradigma y reconocer que en esta tierra repleta de oportunidades los límites son impuestos por nosotros mismos".
Finalmente, Guerra celebró que, gracias a su esfuerzo y perseverancia, él y su esposa cuentan ahora con la documentación pertinente para trabajar y que obtuvo un puesto de trabajo en una clínica como asistente de médico.
"Ya logré infiltrarme en el Sistema de Asistencia Sanitaria de Estados Unidos. Aún el camino por recorrer es enorme, millas y más millas, son muy grandes las metas y aspiraciones pero mayores aún son los deseos de lograrlas. De la mano de Dios todo es posible", concluyó.
Manuel Guerra fue expulsado de su trabajo como médico en Cuba, por manifestarse en contra del gobierno y del Ministerio de Salud Pública.
Su activismo en redes sociales le costó sufrir el exilio, junto a su familia, y escapo del país en medio del éxodo de cubanos que salió en busca de libertades políticas y económicas en Estados Unidos.
Como muchos otros, sufrió la represión y la persecución de la Seguridad del Estado, que impide en Cuba la libertad de expresión y asociación.
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