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La doctora Noeima Rodríguez, perseguida en Cuba por motivos políticos, llegó a Estados Unidos acompañada de sus hijos pequeños.
Así lo dio a conocer la joven este sábado a través de una publicación en Facebook, donde narró en texto e imágenes lo que implicó su salida de Cuba y todo a lo que tuvo que renunciar.
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“¿Que si fue fácil? Para nada...Dejé a mi padre, mi guía, mi protector, mi refugio, el original de quien soy copia exacta y a mis abuelos, mis ángeles guardianes desde que llegué a este mundo... los dejé deshechos, ahogados en llanto y dolor por nuestra partida”, lamentó.
“Dejé mi casa, a mi familia, amigos, vecinos... dejé mi vida entera...dejé la tierra que amo, mi patria, la que me vio nacer. Dejé la profesión que tanto amo, mi gran pasión y por la que tanto me sacrifiqué durante años. A eso me obligaron, tenía que hacerlo, más que nada por mis hijos, mis pequeñitos que han dependido siempre de mamá”, agregó.
De acuerdo a su texto, la travesía duró varios días y no estuvo exenta de peligros. Arribó a suelo estadounidense el 10 de octubre pasado.
Por el trauma que implica dejar su país y parte de su familia en estas condiciones, la doctora reconoce que tiene sentimientos encontrados.
“Estoy muy feliz, finalmente soy libre, finalmente estaré con mi madre, mi esposo, mi hermano... pero aún no es fácil... siento una amalgama de emociones que no puedo describir... siento alegría, satisfacción, tristeza, nostalgia”, admitió.
Asimismo, dijo sentir “mucho resentimiento, rabia y odio hacia esa dictadura maquiavélica, mezquina, cruel” por empujar a muchos como ella al exilio y auguró que los responsables van a pagar por el dolor que ocasionan a los cubanos porque “el fin de ese desgobierno está cerca”.
Rodríguez residía en Granma, es cirujana maxilofacial y miembro del Gremio Médico Cubano Libre. Fue separada de la docencia tras sus declaraciones contrarias al gobierno en las redes sociales y advertida de la posible invalidación de su título de especialista en Cirugía Maxilofacial.
Además de esgrimir la custodia de sus hijos, en represalia a su activismo, la Seguridad del Estado amenazó con impedir la entrada al país a su esposo y a su madre. Ha sufrido arrestos arbitrarios, acoso e interrogatorios.
También la SE intentó fabricarle un delito al presentar el testimonio de un joven que aseguró recibir una compensación económica de la doctora si lanzaba piedras contra una de las tiendas estatales en MLC.
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